Un tesoro bajo la arena
El Plan Director del Parque Dunas de Guardamar supone el primer paso para conservar los asentamientos de las distintas culturas que han poblado la localidad a lo largo de los siglos
Inscripción en uno de los muros desenterrados. Foto: Alberto Aragón |
Desde que La Fotenta se abandonara hace más de una década no se había acometido ningún proyecto de consolidación. Los 2.500 años de historia peligraban porque el material es muy sensible a la intemperie. En este sentido, el proyecto aprobado entre la Diputación Provincial, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento fija una serie de acciones urgentes que eviten su degradación.
La idea es crear un centro de interpretación desde el que se inicie una ruta por los yacimientos, para acabar en el Museo Arqueológico. Este ambicioso objetivo no se podrá realizar sin la inversión de la administración pública, aunque también se espera que la Unión Europea pueda arrimar el hombro. Cabe recordar que la ciudad fenicia «es la mejor conservada de la Península Ibérica y uno de los asentamientos más importantes de todo el Mediterráneo Occidental», según se desprende de los estudios previos que se recogen en el proyecto de musealización. A esto hay que sumar que la Rábita Califal «es uno de los ejemplos más antiguos de este tipo de institución religiosa conservado en el occidente del Islam».
Desde la dirección del Museo Arqueológico de Guardamar (MAG) se apuesta en los últimos años por no sacar más patrimonio a la luz si antes no se protege lo que se dispone. Un ejemplo de ello es la muralla que defendía la ciudad fenicia y que da muestras de la importancia de este asentamiento. Este sistema defensivo incluso disponía de baluartes, pero las campañas de extracción de tierra dejaron al aire libre parte de los cimientos y algunas zonas se han derruido.
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Noticia publicada el jueves, 7 de noviembre de 2013
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