Moscú es la capital de la ostentación, de los grandes espacios para los nuevos ricos que quieren disfrutar de más y mejor. Esto es lo que ofrece el Radisson Royal Hotel , un espacio donde puedes tener todo lo que deseas, en un entorno histórico, es sólo cuestión de rublos. |
|
||||||||
1 comentarios | |||||||||
Siete eran las llamadas "hermanas" en la era comunista de Moscú. Se distinguían por una arquitectura que definía a la perfección la imagen que quería dar la capital rusa. Hoy en día, esos edificios son el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Universidad Vorobyevy, el edificio Kotelnicheskaya Embankment, un edificio de viviendas y adminitrativo cerca de la estación de metro "Krasniye Vorota", el Hotel Leningradskaya, uno de apartamentos en Kudrinskaya Square y, por supuesto, el Ucrania Hotel. Moscú está entrando en el capitalismo a marchas forzadas y aunque aún mantiene, como hemos dicho, estos edificios de la época comunista, que destacan por su férrea estructura y por su intención de "impresionar", esconden diseños glamurosos en su interior que contrastan con la severidad externa. Fachada que conserva la estrella, las hoz y el martillo que, al perder su acento político, se ha convertido en su marca. Ahora, esta fachada fue declarada monumento histórico y cultural. Fue en abril de 2010 cuando se inauguró el renovado edificio del hotel Ucrania, ya bajo la nueva Radisson Royal Hotel, Moscow. Ofreciendo a sus huéspedes, confort y servicio de acuerdo al más alto nivel de la industria de hospitalidad, con 505 amplias habitaciones y 38 apartamentos. De su hall destacaría la magnificencia de sus acabados, quizás intentando recordar esos tiempos pasados, que mezclado con el nuevo estilo, demasiado ostentoso para mi gusto, consigue llegar a un interesante conjunto que recuerda a esos grandes edificios que desean dejar bien claro no necesitan de menos, sino más. En esta primera planta, lobby, podemos encontrar el centro neurálgico del hotel, donde la recepción comparte espacio con las boutiques, restaurantes, bares, el increíble wellness center y hasta un bar. En realidad, este hotel a pesar de ser de lujo, está concebido como lugar de negocios, para que no tengas la necesidad de salir fuera para disfrutar de tus momentos de ocio. ¡Si hasta dispone de una galería de arte! En ella encontrarás, por cierto, pequeños tesoros de artistas rusos. Algo que me llamó poderosamente mi atención es la seguridad el edificio. En cada una de las plantas tiene vigilantes, quizás resulten innecesarios, pero nos hace entender un poco más el momento de la historia por la que está atravesando Rusia. Y, no es por ser peligroso, sino por un extraño gusto que se está poniéndose de moda entre los adinerados de este país; tener seguridad privada por todas partes, como si de una película americana se tratara. Esta pequeña ciudad en miniatura, divide por plantas tanto sus zonas de habitaciones como las de diversión. En la zona del Lobby se ubica, por ejemplo, el Lobby Bar que goza de un ambiente formal, también aquí radican el Restaurant Tatler Club by Arkady Novikov y un bar de copas llamado Beefbar JUNIOR. Si subimos a la segunda planta, encontraremos el Diorama Bar, desde el cual tendremos una vista de un curioso Diorama de la ciudad de Moscú que se encuentra como entretenimiento para los huéspedes y el Restaurant Veranda. Si continuamos subiendo hallaremos un restaurante iraní llamado Farsi. En la planta ejecutiva, tienen un exclusivo espacio para los que allí se encuentran hospedados con bebidas y comida las 24h. Y ya en las últimas plantas, encontramos el restaurante italiano Bono en la 30. El restaurante Japonés en la 31 y de la 34 a la 36 un karaoke bar para los más animados. Sin olvidar la última planta, Restaurante Romantik for two (Ginza Project). Las vistas desde allí son impresionantes pero no dejan sacar fotos. Mientras que la sonrisa de los trabajadores del hotel es perenne, sus servicios se combinan en un esfuerzo por agradar al máximo y ofrecer lo mejor de cada uno de ellos y además hablan otros idiomas que no son el ruso. Como buena "miniciudad", nos ofrece igualmente un pequeño espacio dedicado a la belleza en el que los masajes, la peluquería y el relax por medio de saunas y jacuzzis nos elevan a un estado absoluto de tranquilidad. Pero si somos de los que necesitamos algo de marcha en el cuerpo, la piscina cubierta y el gimnasio está a nuestra absoluta disposición para que podamos mantenernos en forma. En resumen, un hotel de lujo donde la pomposidad y los grandes espacios, quizás recordando tiempos pasados, se complementa con la nueva mentalidad rusa, pero sin ser demasiado estridente a los ojos del clásico europeo. Simplemente muy recomendable para alojarse en Moscú y desconectar de una ciudad llena de vida. |
|||||||||
FICHA PRÁCTICA | |||||||||
Ver mapa más grande |
Habitaciones |
||||||||
Compartir es vivir Este reportaje ha sido leído por 7636 personas |
|||||||||
COMENTARIOS |
Magnífico recuento de la que fue casa de mi bisabuela Angélica de 1902 a 1947, luego de la cual la alquiló, hasta su fallecimiento en 1973, a la familia Saenz. Mi abuela, a su vez, se la vendió a los Sáenz en 1974. Sólo dos detalles. Ella fue Mujer de Nicaragua y de las Americas, no en 1949, sino en 1958. Saludos Dejado por: Guillermo Perez-Arguello El 10/05/2014 |
|
AÑADE TU COMENTARIO |