El andar tierras y comunicarse con diversa gente hace a los hombres discretos. Miguel de Cervantes
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Abren en México la zona arqueológica de Pahñú

El sitio Pahñú fue fundado en el momento en que Teotihuacan era la ciudad más grande de Mesoamérica, en sus vestigios se encuentran claves para entender el origen de los otomíes

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Una imagen de esta ciudad
La Zona Arqueológica de Pahñú, localizada en la comunidad de La Mesilla, en Tecozautla, Hidalgo, fue abierta al público el 20 de noviembre de 2012. El sitio, en cuyos vestigios se encuentran las claves para comprender el origen prehispánico de los grupos otomíes, es el doceavo que se abre a la visita pública en la presente administración federal.
La apertura de este lugar prehispánico es resultado de un lustro de exploraciones y trabajos de restauración de las antiguas edificaciones, a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia(INAH-Conaculta).
Desde el Pahñú (camino caliente, en otomí) se domina el paisaje semidesértico del Valle del Mezquital y la elevación del Hualtepec o Cerro del Astillero, que de acuerdo con diversas investigaciones, es el mítico Cerro Coatepec (“Montaña de la serpiente”).
Durante la apertura de la zona arqueológica, se explicó que este sitio, junto con otros de la región, como Zethé, El Cerrito, Zidada y Taxangú, forma parte de la tradición cultural xajay, que se desarrolló durante cinco siglos, de 450 d.C. a 950 d.C., aproximadamente.
El doctor Fernando López Aguilar, director del Proyecto Especial Pahñú, destacó que la arquitectura del sitio es auténtica y difiere del estilo impulsado por Teotihuacan, la gran urbe que dominaba en esa época la escena mesoamericana, lo cual refleja cierta autonomía que tuvo Pahñú respecto de la expansión de la Ciudad de los Dioses.
Varias terrazas y una plataforma de acceso conducen al visitante a una pequeña plaza  sobre la que se levanta una pequeña estructura cuadrangular construida con bloques de toba careados, cuyas dimensiones son de 6 metros de lado y aproximadamente 1.5 de altura.
Desde este sitio se puede acceder a la Plaza Principal, en la que destaca una pirámide o Estructura principal del periodo Epiclásico, de 17 metros de base y que con su templo debió rebasar los 10 metros de altura.
Contenido en este edificio se halla otro que fue construido dos siglos antes, con una arquitectura más parecida a la del Bajío, y en cuyas fachadas destacan tableros remetidos en forma escalonada con un diseño semejante a una E.
En este mismo espacio se ubica el Tecpan, edificio que debió ser la sede del gobierno, pues a dicha construcción -del periodo Clásico- siglos más tarde le fue superpuesta otra estructura de 15 metros, que es la que el visitante podrá observar de forma inmediata. Además de la pirámide y el Tecpan, hay otras estructuras rectangulares en la fachada sur de la plaza, que delimita el acceso al centro ceremonial.
Hay otra estructura situada al oeste de cerca de 7 metros de altura y 20 metros por lado así como un pequeño conjunto de estructuras  con abundantes petroglifos cuyo significado está en estudio.
El sitio fue dotado de una unidad de interpretación temática, donde se recrea la experiencia del paisaje ritual de Pahñú. Además, mediante simulaciones por computadora, el público podrá conocer las orientaciones de la arquitectura del asentamiento con respecto a un calendario que ya ha sido definido por los arqueólogos, el cual corresponde a los días 13 de abril (coincidente con la disposición de la pirámide principal), así como a los días 21 de marzo, junio, septiembre y diciembre.
Los trabajos de puesta en valor de la Zona Arqueológica Pahñú se retomaron en 2007, año en que se hicieron dos temporadas de campo por parte del Proyecto Transdisciplinario Valle del Mezquital.
El sitio Pahñú fue fundado en el momento en que Teotihuacan era la ciudad más grande de Mesoamérica. Sin embargo, cuando esta gran metrópoli ya había colapsado, la urbe otomí se mantenía como el centro político y social más importante de los hñähñü, y así permaneció durante 400 años más.
Se piensa que la población otomí de esta región proviene de los teotihuacanos. Lo que estamos encontrado a partir de la arqueología y de la etnografía, es que este origen también puede incluir filiaciones del área de San Juan del Río, en Querétaro, y Acambay-Jilotepec, Estado de México, con nexos en la tradición Chupícuaro (500 a.C.-300 d.C.)”, señaló el arqueólogo Fernando López Aguilar.
El desarrollo de futuras investigaciones arqueológicas podrá ofrecer una imagen integral de la Zona Arqueológica de Pahñú, la más grande de un grupo de cinco sitios ubicados al norte de la ciudad de Huichapan, en la región poniente del Valle del Mezquital.

 
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Noticia publicada el 22/11/2012
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