Los 32 rumbos - revista on line de viajes | |||
Destinos inquietantes / Portugal | |||
Tomar | |||
el último tesoro templario | |||
Corría 1118 cuando el primo de San Bernardo fundó los caballeros del Temple, una mítica orden de monjes-guerreros que se convirtió, en menos de dos siglos, en la mayor fuerza militar, religiosa y económica de la cristiandad. Y, en el corazón de Portugal, dejó uno de sus mejores tesoros arquitectónicos y, también, simbólicos: Tomar. |
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Texto: Josep Guijarro Fotos: Josep Guijarro
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En 1188, el mismo año que caía Jerusalén, veía la luz el libro que mayor prestigio daría al escritor galo Chrétien de Troyes. Llevaba por título Le roman de Perceval o Le conte del Graal. Pocos lo pudieron leer. A pesar de que los copistas se dieron prisa, fueron los trovadores y juglares quienes se encargaron de su rápida difusión por toda Europa. A la versión de Troyes le seguirían otras; la de Robert de Boron, por ejemplo, o la más extendida, el Parzifal de Wolfram von Eschenbach, que relacionaron la custodia del Grial, la sagrada copa utilizada por Cristo durante la última cena, con la orden de los caballeros templarios. Y todo esto sucedía en el preciso instante en el que Portugal afrontaba el reto de su formación como reino independiente. De hecho, en 1210 estos relatos se traducían al portugués como A Demanda do Santo Graal donde los virtuosos caballeros de la corte del rey Arturo partían en busca del cáliz. Hoy sabemos que esta gesta fue una adaptación hecha por los monjes del Císter, quienes convirtieron una historia de origen pagano en un texto más acorde a los principios de la virtud cristiana y la caballería espiritual. Conviene saber que el abad de Citeaux, Bernardo de Claraval, fue el protector e impulsor de la Orden del Temple y que mantuvo una importante correspondencia con Alfonso I de Portugal, que tenía ascendencia borgoñesa. Templario en Portugal La mítica orden de monjes guerreros, además, jugó un papel importante en Portugal con la reconquista de territorios para los cristianos. Así las cosas, ¿habrían proyectado su simbología y la del Grial a los enclaves templarios que allí establecieron? Tras la disolución de la Orden en 1314 ¿heredaría la Orden de Cristo sus claves iniciáticas? Un Vueling Barcelona-Lisboa puso inicio a nuestra incursión histórica. Empezaba la aventura. Si hay una ciudad templaria en Portugal esta es, sin lugar a dudas, Tomar en el corazón del país vecino. Se trata de la primera villa medieval que nació en el interior de un castillo erigido en 1160 por un curioso personaje: Gualdim Pais. Su estatua se yergue desafiante hoy en la Plaza de la República, mirando a la Iglesia de San Juan y de espaldas al Ayuntamiento y el Convento de Cristo. Es una figura mítica de los templarios portugueses y Gran Maestre de la Orden en el país luso. Iniciado en los misterios templarios en Tierra Santa, estableció estrechos lazos de amistad durante cerca de medio siglo con D. Alfonso Henriques, El Conquistador. Tomar demora poco más de una hora en coche desde Lisboa. Se halla en el distrito de Santarém, en la región Centro del país. Tomamos la E80 para desviarnos después dirección Abrantes por la E806. El día está gris pero el deseo de visitar lugares tan especiales de la geografía e historia portuguesa nos animan a sobrellevar el mal tiempo. Especialmente cuando asoma el primero de nuestros destinos: la iglesia de Santa María del Olival, una pieza clave para entender la espiritualidad templaria. Nos sorprende que el campanario esté fuera del edicifio principal, un magnífico ejemplo del gótico portugués, por cierto. En su interior se hallan las tumbas de veinte maestres templarios del siglo XVI, incluida la de Gualdim Pais (que es muy anterior) cuya lápida está frente por frente a una talla románica de María Magdalena. No podemos eludir pensar en la relación de esta mujer con el mítico Grial, en la línea de lo que sostenían tres autores británicos en El enigma sagrado, un libro que inspiró a Dan Brown para escribir El Código da Vinci, que relacionaba el sagrado cáliz con la descendencia de Cristo... ¿Encontraríamos alguna clave en ese sentido? Por nuestra cabeza rondaba como un sudoku el nombre de la iglesia pues, si bien algunos dicen que guarda relación con un olival próximo, el aceite de olivo está consagrado a la diosa de la sabiduría, Atenea. ¿Era casual? Claro que no, como tampoco lo era la presencia en la fachada de poniente de una estrella de cinco puntas de la que surge una flor con los pétalos abiertos e inscrita en un círculo. Según la tradición popular, desde este templo partía un camino subterráneo hacia el castillo y otro en dirección a la iglesia de Tomar. Hacia esta última encaminamos ahora nuestros pasos. Tabuleiros Nos acompaña el murmullo del agua. El río Nabão atraviesa el núcleo histórico de Tomar regalándonos imágenes preciosas en cada uno de sus recodos. Ascendemos por la Rua Serpa Pinto hasta la Plaza de la República, de suelo ajedrezado. Desde esta calle se disfruta de una imagen única de la muralla del castillo, Patrimonio de la Humanidad desde 1983 por ser compendio vivo de ocho siglos de historia del arte lusitano. Nos detenemos frente al escaparate situado frente a la oficina de turismo. Allí nos llaman la atención dos maniquís ataviados con trajes regionales que porta (el de la mujer) un un tabuleiro. Con esta denominación se designa una estructura que posee la altura de la mujer que lo portará en la cabeza, y que está compuesto de treinta panes rellenos, en cinco o seis ramas, que parten de una cesta de mimbre coronada por una Paloma, (representación del Espíritu Santo) o la cruz templaria. La Festa dos Tabuleiros tiene lugar en Pentecostés y es uno de los actos más señadados en Tomar (este año se celebrará entre el 8 y el 11 de julio). San Juan Bautista |
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Reportaje publicado en nuestra edición número 19, de Octubre 2011. http://www.los32rumbos.com Todos los derechos reservados. |
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