Los 32 rumbos - revista on line de viajes | |||
Escapada cultural / Austria | |||
El beso que cambió Viena | |||
La capital de Austria celebra el 150 aniversario de Klimt | |||
Hay mucho para ver: desde la catedral gótica al Palacio Imperial pero, en esta ocasión, nos detenemos en la Viena de la Secesión, en magnífico estilo modernista, el Museo de Bellas Artes o el Palacio de Belvedere porque la capital de Austria celebra el 150 aniversario de su artista más universal. |
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Texto: Josep Guijarro Fotos: Josep Guijarro
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Las calles de Viena están adoquinadas con cultura y, probablemente, esa fue la razón de que en 2001 su centro histórico fuera declarado Patrimonio de la Humanidad. Esta antigua capital del imperio Austrohúngaro, señorial y clásica en sus formas, alberga sin embargo un alma inconformista que se personifica en la figura del artista Gustav Klimt quien alentó la modernización y la apertura del arte austriaco a las tendencias europeas. Escribía el poeta Pablo Neruda que “en un beso, sabrás todo lo que he callado”. Y a través de un beso famoso, el de Klimt, queremos darte a conocer todo lo que ha callado Viena, desde finales del siglo XIX a principios del XX, cuando la capital austríaca se convirtió en la capital cultural de centro Europa. “El Beso” se expone en la Galería Belvedere, un recinto dedicado al arte que está situado en el corazón de la Viena. Este palacio veraniego del príncipe Eugenio de Saboya goza de preciosas vistas de la ciudad imperial y de unos cuidados jardines. El museo combina la excelencia austríaca con un conjunto de obras que despiertan la atención de los visitantes. Además del citado “beso” podrás contemplar otros trabajos característicos del que es considerado mejor representante del estilo Art Nouveau, como “El Friso de Beethoven” o “Judith”. Viena se viste de gala para celebrar el 150 aniversario del nacimiento de Gustav Klimt quien pasó allí la mayor parte de su vida y fue el impulsor del arte moderno. Incluso si no sabes mucho de arte podrás reconocer diferentes muestras de este movimiento y no sólo en los museos sino, también, en la arquitectura. Un paseo por Viena Te aconsejo hacerte con una tarjeta 72 Studen que te dará acceso de forma ilimitada al transporte público. Además, podrás desplazarte en tranvía por el Rigstrasse bulevar, muy cerca del famoso río Danubio. Primera parada: Plaza Geor-Coch, frente a la fachada de las antiguas oficinas de la caja de ahorros postales Österreichische Postsparkasse. Este edificio fue diseñado por el arquitecto Otto Wagner fundador, junto a Klimt, Joseph Maria Olbrich, Josef Hoffmann y Koloman Moser del Grupo Artístico llamado la Secesión de Viena. Su diseño supone un cambio de rumbo con el clasicismo imperante. Entre 1870 y 1910 la ciudad había duplicado su población y Wagner había recibido el encargo de la ampliar de Viena, una tarea de que sólo podrá realizar en parte. La Administración imperial estaba empeñada en la promoción de las artes decorativas, y el proyecto monumental de la Ringstarre –una avenida circular en torno al casco histórico de Viena donde se localizarían los principales edificios institucionales y culturales del Imperio-, entonces en plena realización, proporcionaba una inmejorable oportunidad a artistas, arquitectos y artesanos. A mediados de 1890, ya había diseñado varios edificios en Jugendstil y proyectó un nuevo plano para la ciudad, aunque sólo pudo construir la red de ferrocarril urbano, el Wiener Stadtbahn de la que aún podemos contemplar alguna de sus estaciones, como la de Karlsplatz, muy cerca de la impresionante cúpula de la iglesia de San Carlos Borromeo. Parada obligada es, también, el edificio del Burgtheater o Teatro de la corte, un edificio de clara inspiración neorrenacentista, rayando casi en el barroquismo, donde Klimt y otros dos socios de la Secesión decoraron sus escalinatas entre 1883 y 1885. Su éxito les valió el encargo de las pinturas decorativas para las enjutas e intercolumnios de la escalera del Museo de Historia del Arte, otro de los grandes edificios de la Ringstrasse. En los techos del Teatro de la corte, por cierto, podrás contemplar el único autorretrato de Klimt. La sede de la Secesión La Secesión también tuvo su espacio en un edificio situado junto al mercado "Naschmarkt". Adoptó un papel precursor: fue el primer centro de exposiciones de Europa Central, dedicado al arte moderno. Merece la pena visitarlo y ver los frescos originales de Klimt milagrosamente conservados a pesar del bombardeo al que fue sometido el edificio durante la II Guerra Mundial. “El Friso de Beethoven” pretende interpretar la IX Sinfonía para lo que el artista idea unas musas que vuelan hacia el deseo de felicidad donde una joven desnuda y una pareja representan a la Humanidad pidiendo protección de las fuerzas hostiles. Tu viaje a Viena puede combinar arte y gastronomía en el Museo Leopold, en el centro del MuseumsQuariter. Bajo el lema “Arte & Placer” todos los jueves puedes cenar en el museo, junto a la colección más importante de obras de Egon Schiele y alguna de las obras principales de Gustav Klimt como "La vida y la muerte", o sus paisajes en formato cuadrado. La obra de Gustav Klimt reúne la singularidad, la impresión de que en ella se encierran claves íntimas pero, al mismo tiempo, es una síntesis casi exhaustiva de las inquietudes, tendencias y lenguajes de la convulsa escena artística moderna europea de los años del cambio de siglo. |
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Reportaje publicado en nuestra edición número 34, de julio 2010. http://www.los32rumbos.com Todos los derechos reservados. |
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