Un viaje es como el matrimonio. Uno se equivoca si piensa que tiene todo controlado. John Steinbeck
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Escapadas / España
Mérida
Un enorme trocito de la esplendorosa Roma en España

Fundada en el año 25 antes de Cristo para asentar a las legiones licenciadas que combatieron en las guerras cántabras a las órdenes del primer emperador romano, Octavio, la antigua Emérita Augusta presume de albergar un espectacular conjunto arqueológico y mejor conservado, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993. En él sobresale el imponente teatro romano, que acoge en la actualidad uno de los festivales de teatro clásico más destacados de la escena nacional.

Texto: Javier Ramos Fotos: Javier Ramos


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enero 2010 6 Comentarios

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apital además de la provincia lusitana durante la época de mayor apogeo del imperio y enclave privilegiado de la no menos conocida Ruta de la Plata, los restos de la Mérida romana también albergan puentes, templos, arcos, acueductos, calzadas, un anfiteatro y hasta un circo que, con 400 metros de longitud y un aforo de 30.000 espectadores, fue uno de los más grandes de todo el imperio y el único que se conserva en España. De su importancia ya dio fe el poeta latino Marco Ausonio en su obra Ordo Novilium Urbium Mérida, que situaba a Emérita Augusta en el noveno lugar entre las diecisiete ciudades más magnas de todo el imperio.
El legado arqueológico de la capital administrativa de Extremadura es enorme. La ciudad, de poco más de 55.000 habitantes, supone en sí misma un museo al aire libre. Después de Roma, es difícil encontrar otra urbe cuyos restos del pasado sean tan impresionantes. El teatro romano es quizás su monumento más emblemático. De proporciones grandiosas (puede acoger a 6.000 espectadores), fue construido en el año 16 antes de Cristo por orden de Marco Agripa, yerno de Augusto. Bajo el mandato de Adriano fue restaurado. Sus intercolumnios estaban decorados con estatuas de dioses y emperadores que en la actualidad permanecen en el Museo Nacional de Arte Romano. No menos majestuoso es el anfiteatro, que tenía capacidad para 14.000 espectadores. Escenario de batallas entre gladiadores y animales salvajes, se edificó en el 8 a.C. Pese a que en el siglo XVIII fue volado con pólvora para aprovechar sus piedras en otras construcciones, todavía conserva su esencia pasada.
A escasos metros de estas edificaciones se alzan las Casas del Anfiteatro y de la Torre del Agua (siglos III y IV después de Cristo), cuyos interiores conservan lienzos pictóricos y mosaicos de gran belleza, como el de los pisadores de uvas. Pero tal vez, el más espectacular sea el conocido Mosaico Cósmico, éste situado en el interior de la Casa del Mitreo, que figura entre los cinco más destacados del mundo que aún perduran según los expertos. Dedicada a la veneración del antiguo dios Mitra de origen persa, en esta construcción del siglo I se pueden admirar diversas dependencias familiares, comerciales, jardines o termas.

Acueductos, puentes y otras estrellas de la ingeniería
Como pioneros de la ingeniería, la ciudad extremeña todavía conserva los restos del imponente antiguo acueducto de los Milagros, de 800 metros de largo y 25 de altura, que se construyó con la intención de abastecer de agua a los lusitanos de esta región procedente del embalse de Proserpina. De singular interés también es el dique romano que, con 350 metros de largo, es el mayor del mundo levantado por los romanos con el fin de controlar las inundaciones que acompañaban a las crecidas del caudaloso río Guadiana. Discurre a lo largo de la orilla norte. Mientras, otro acueducto, el de San Lázaro, se debe recorrer bajo tierra para contemplar los restos de su belleza que todavía permanecen. Pero la gran obra hidráulica que ha resistido elegante al paso de los siglos es el puente enclavado sobre el Guadiana, de casi 800 metros, con 60 arcos de medio punto y considerado el más extenso levantado por los romanos, con excepción del famoso sobre el Danubio. Otro puente de interés es el de Albarregas, en el norte de la urbe. Por él pasaba la calzada Vía de la Plata. Dos mil años después, un nuevo puente, el de Lusitania, construido por el arquitecto Santiago Calatrava y con un gran arco central de acero, es el nuevo icono emeritense. Ambos ensalzan su atractivo por la noche cuando son iluminados a ojos de los viandantes.
Al no muy lejano Arco de Trajano, de 15 metros de altura, los historiadores lo consideran una antigua entrada monumental a la antigua Emérita sita en lo que era su ‘cardus máximus’ o avenida principal. Cerca también de los restos del foro, se conserva de forma magnífica el templo de Diana, que estaba destinado al culto imperial. Su estructura, de planta rectangular y grandes columnas de estilo corintio, fue aprovechada para edificar el Palacio del Conde de los Corbos, de estilo renacentista, en el siglo XVI. El área arqueológica de la Morería es una bella muestra de restos de la época romana, visigoda y árabe. En ella se pueden contemplar necrópolis, calzadas, murallas y edificios civiles de las tres culturas. Anexo al área se ubica el Centro de Interpretación General de la Vía de la Plata, punto de referencia para ampliar conocimientos sobre esta importante ruta de comunicación romana. Entre los restos romanos se conservan, además, varios columbarios o enterramientos dedicados a familias nobles de aquella época. Unas lápidas existentes indican la propiedad de los Voconios y los Julios.
Con el fin de preservar las innumerables piezas halladas en Mérida, junto las entradas al teatro y anfiteatro se edificó el Museo de Arte Romano, obra del prestigioso arquitecto Rafael Moneo, inaugurado en 1986. Sus salas ofrecen al visitante una magnífica muestra didáctica de todos los aspectos del mundo romano. Posee una sorprendente cripta en la que se pueden admirar restos de edificaciones romanas de la época imperial. Contiene una amplia colección de 35.000 piezas. Otro museo a destacar es el dedicado al arte visigodo, ubicado en el antiguo convento de Santa Clara, edificio del siglo XVI. La conquista por parte de esta civilización convirtió a la ciudad en sede de la corte de rey Agila (549-554). Y en el lugar donde se ubica el Parador de Turismo se halló el templo romano de la Concordia, transformado después en convento. Su claustro, hoy patio del parador, muestra capiteles visigodos.

Una alcazaba árabe única
Pero no sólo el espíritu de Roma embarga a la capital administrativa de Extremadura. La Alcazaba Conventual del periodo árabe es del siglo IX y en su interior se conserva un majestuoso aljibe excavado en la roca. En la actualidad es sede de la Presidencia de la Junta de Extremadura. Este recinto fortificado fue la primera construcción militar de este tipo realizada en la España musulmana. Los árabes permanecieron en Mérida desde el año 713 al 1229. Aunque admiradores del arte romano, fueron los responsables de parte de su destrucción porque desmantelaron los edificios para construir mezquitas. La Concatedral de Santa María es originaria del siglo XIII y alberga el cenotafio de don Alonso de Cárdenas, último Gran Maestre de la nobiliaria Orden de Santiago. Por su parte, el Palacio de Burnay, instalado en la plaza de España y ahora convertido en hotel, conserva parte de la historia romana de Mérida. El palacio de los Mendoza, en dicha plaza, es una antigua morada medieval construida con sillares romanos. Su constructor, Luis de Mendoza, participó en la conquista de Granada. Data del siglo XV. La glorieta donde se ubican ambos constituye el centro neurálgico de la Mérida contemporánea.
En esta ciudad extremeña también hay que visitar la basílica de Santa Eulalia declarada Monumento Nacional, en la que pudo estar enterrada esta mártir en tiempos del emperador Diocleciano allá por el año 304, así como su ‘hornito’, donde murió abrasada, construido en su honor en 1617 con los restos de un templo dedicado a Marte. Hoy es patrona de la ciudad. El subsuelo del templo permite contemplar importantes muestras de arte paleocristiano, visigodo, bizantino y románico. El monasterio de las Freilas, con un precioso claustro, se levantó en 1530 junto a la iglesia de Santa Eulalia. En la actualidad alberga un almacén de maderas. Los visitantes ávidos de compras pueden colmar su apetito visitando las abundantes tiendas de recuerdos que hay en las inmediaciones del museo y teatro romanos. Se pueden adquirir vasijas de vidrio, reproducciones de piezas expuestas, mosaicos o joyas.
Las artes escénicas también tienen en Mérida un papel destacado con el Festival de Teatro Clásico, cuyas representaciones, de prestigio internacional, tienen lugar en el Teatro Romano los meses de verano y atraen a multitud de espectadores. Asimismo, las fiestas ocupan otro espacio no menos trascendente en el quehacer cotidiano de los emeritenses. El espíritu de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Regional, cómo no, revive el pasado romano de la ciudad al transcurrir sus procesiones junto al Arco de Trajano, por el puente, el Templo de Diana o la ejecución del Vía Crucis en el anfiteatro. La multitudinaria Feria de Septiembre acoge a miles de asistentes, mientras que la fiesta dedicada a la patrona, Santa Eulalia, da la bienvenida a la Navidad en diciembre.

Conjuntos megalíticos y parques naturales
Los alrededores de Mérida tampoco tienen desperdicio. A 18 kilómetros se halla el pueblo de Alange, donde se puede admirar uno de los complejos termales de época romana más bellos y mejor conservados del país. Declarado Monumento Nacional, estas termas son reconocidas por la calidad de sus aguas medicinales. En sus aledaños se concentra uno de los conjuntos megalíticos más importantes de toda la Península Ibérica. Cerca de la Nava de Santiago se encuentran los dólmenes de Carmonita y, en especial, el de Lácara, declarado Monumento Nacional desde 1931. Si nos embarga la calma y el sosiego, cabe citar el embalse de Proserpina, que surtía de agua a Mérida a través del acueducto de los Milagros. Desde hace algunos años, este embalse se ha convertido en la playa de los emeritenses y en un lugar residencial durante el verano. También en su término municipal, entre los arroyos de La Mina, Lorianilla y Troya existe una maravillosa zona de amplias dehesas y llanuras de gran valor ecológico que es el lugar elegido por las rapaces, grullas y avutardas para pasar el invierno.
No puede uno despedirse de esta bella ciudad sin visitar el Parque Natural de Cornalvo. Situado a diez kilómetros de Mérida, este singular paraje, de 10.750 hectáreas, alberga una nutrida presencia de flora y fauna. La encina, alcornoque, olmo, chopo y fresno son las especies arbóreas más representativas. Mientras, las cigüeñas negras, águilas imperiales, nutrias, sapos, gatos monteses y unos pocos linces perviven en el parque.

GUÍA PRÁCTICA

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COMENTARIOS

me encanta el articulo, enhorabuena al escritor.

Dejado por: Npj
Publicado el 28/01/2010


un gran reportaje, enhorabuena.
espero que la gente se anime a visitar merida

Dejado por: Davide
Publicado el 24/01/2010


soy italiano, y vivo en badajoz desde hace 10 años, y he tenido la suerte de poder visitar merida y recomiendo su visita a todos aquellos que no la conocen, merece la pena.

Dejado por: Davide
Publicado el 24/01/2010


Excelente artículo y muy completo! Lo dice un emeritense. Un saludo para el escritor, para Josep Guijarro, y la siempre excelente Rutas del Mundo.

Dejado por: Antonio enciso
Publicado el 17/01/2010


Soy una extremeña orgullosa de su tierra, por desgracia desconocida a nivel nacional, bien por lejanía o por desconocimiento...me alegra q publiqueis articulos de una región con tanta cultura, por desgracia desconocida, por no hablar de la riqueza gastronómica y cultural, tanto en mérida como en otros lugares de la provincia, guadalupe,plasencia,etc. Gracias

Dejado por: Nuria
Publicado el 12/01/2010


Desconocía que Mérida tuviese tanto patrimonio. Sin duda, será una de mis próxima visitas. Me gusta

Dejado por: Pascual
Publicado el 12/01/2010


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