Soraya Arnelas Adoro la sensación al llegar a un nuevo país y sentir que empiezo desde cero |
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Al regresar de cada estancia dejas atrás vivencias. Al final lo que te traes, lo que has vivido, todas las actividades que has hecho, marca ese viaje de una manera especial. |
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-Antes de dedicarte a la canción eras azafata, durante ese tiempo conocerías mucho mundo… Sin duda, creo que esa es la parte buena de ese trabajo. Además, justo en aquella época, aun nos quedábamos en los destacamentos una semana. Nos daba para mucho, tengo muy buenos recuerdos, ¡y se aprende mucho! -Ahora viajas mucho, pero por otras razones. ¿Consigues sacar tiempo de tus promociones para poder conocer el lugar dónde estás? Hay sitios en los que casi ni veo la ciudad. Llego, me voy directamente al estudio, termino la grabación después al hotel y vuelta a Madrid. Para que te des cuenta, en Turquía íbamos en el coche intuyendo las cosas.. “!!!Mira, Mira Santa Sofía¡¡¡” -Para ti, ¿viajar es un placer? Sin lugar a dudas, me permite desconectar de la rutina. Adoro la sensación al llegar a un nuevo país y sentir que empiezo desde cero. Aunque después de varios días, al final uno siempre quiere volver a casa, con sus cosas. -Has estado en Puno con la ONG Global Humanitaria, que supuso para ti ese viaje. Como puedes imaginar, ése no fue un viaje de placer. Íbamos con un cometido especifico, ayudar a los niños. Fue un viaje de sentimientos, de búsqueda interior, y sobre todo de impacto con la realidad. Vine especialmente marcada y cambiada por este viaje. -De todos los lugares en los que has estado, ¿cuál ha sido el que más te ha llegado al corazón? Machu Pichu es un lugar muy especial, lleno de energía y de historia, pero el país que más me conquistó y al que algún día siento que debo volver es Costa Rica...Pura vida y pura magia, ¡increíble! -¿Te mimetizas con la gente de los lugares que visitas? Sin duda, ese es el secreto. Hay que hacer lo que ellos hacen, seguir sus costumbres y adaptarse a sus gustos. Así es como uno aprende y termina conociendo el país. -¿Eres de las que come de todo? Bueno...puedo comer casi de todo. Hay cosas que no me sientan bien, pero suelo probarlo. El huevo, por ejemplo, y la carne no son productos que utilizo en mi dieta, pero si tengo que comerlos los como. -¿Te gusta la aventura? La aventura con ciertos límites. Nada de riegos extremos. Bañarme en ríos que bajan desde el volcán Arena, Costa Rica, a modo de termas a una temperatura de 37 grados, para mí es aventura. O montarte en un jeep e irte al desierto, también lo siento aventura. -Siempre existe un lugar al que soñamos con ir, ¿tu? Asia, un mundo aun por conocer. -Dejas amigos en cada viaje. Sí, al final siempre dejas a un guía, a una recepcionista que ha sido muy amable...pero cada vez que recuerdas el viaje o el país, ellos están ahí. Y quien sabe si volveré algún día... -¿Traes algo de cada viaje? ¿Y a los demás? Siempre. Las compras son obligadas para mí y para los míos. Cualquier detallito siempre gusta. Me acuerdo que de Perú me vine con la maleta llena de jerséis de alpaca, “¡Qué calentitos para el invierno!”. Aún los utilizo y mi padre también. -Al regresar de cada estancia, ¿qué deja atrás? Vivencias. Ya que al final es lo que te traes, lo que has vivido, todas las actividades que has hecho, imágenes, anécdotas, siempre pasa algo gracioso que marca ese viaje. -¿Un imprescindible para viajar? Zapatos cómodos, estoy dispuesta a andar sin límites…y una cámara de fotos, ¡claro está! -¿Qué lugar recomendarías a nuestros lectores? Escandinavia, siempre lo recomiendo. Un país convertido en una casa de muñecas, con las tecnologías más vanguardistas del momento. Esta entrevista ha sido leída por 20860 personas
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