Ángel Schlesser La moda más viajera |
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Un hombre conocido por su compromiso con la moda, nunca deja de trabajar mientras viaja. A veces intenta desconectar, pero la creación y el diseño le pueden, un tejido, un color, un momento, hacen clic en su mente y continúa su viaje diseñando en su imaginación ávida de moda. |
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Tal es su necesidad de expresar su necesidad de creación, que desde hace unos años sus diseños han ido más allá del mundo textil con fragancias y líneas de baño, o en el mundo de la joyería con la firma Le Cadó. Uno de sus últimos trabajos han sido junto con una bebida refrescante de té y la modelo Martina Klein, que a su vez ayuda a las mujeres diagnosticadas de cáncer. Un hombre inquieto, que ni cuando viaja se olvida de su creatividad. ¿Ángel Schlesser se inspira en sus viajes? Por supuesto. Conocer nuevas culturas, formas de vida, arte e incluso las formas de vestir de otros países son siempre una fuente de inspiración; cualquier objeto, un edificio o una escultura pueden inspirar nuevas formas y es curioso cómo éstas pueden transformarse en un escote o una manga. ¿Cuándo viaja por placer se escapa el artista o disfruta de las experiencias? Me gustaría poder viajar por placer “y punto”, pero hay países o ciudades en los que desconectar para mi no es fácil. “El artista” es mi otro yo, lo dejo a un lado cuando viajo pero si, por ejemplo, veo un tejido magnífico, no puedo evitar pensar que podría servirme para mi próxima colección. ¿En los viajes es igual de atrevido que en la moda? No me considero un atrevido ni un aventurero, pero detesto los viajes sin un punto de improvisación. Cuando se viaja lejos de lo habitual es importante ir bien organizado, tener un plan de viaje, lo que no significa que no puedan existir algunos cambios, planes alternativos o pequeños imprevistos. ¿Cuál ha sido el lugar más especial? La primera vez que fui a Asia; el choque fue brutal pero la experiencia me apasionó. Es una cultura completamente diferente, hábitos y costumbres desconocidos, rica en sabores y aromas, con una amplia gama de colores cálidos que envuelven al viajero y lo guían a través de paisajes increíbles. ¿Se mimetiza con la gente cuando viaja? Si eso significa si me visto de explorador para recorrer la sabana africana o si me pongo un bañador de surfista en Hawai, no. Conocer las costumbres y gentes de cada lugar es importante, no tiene ningún sentido viajar a algún rincón del mundo y esconderse en el hotel. ¿Es de los que come de todo? Procuro hacerlo. Los países a los que viajo no sólo hay que verlos también hay que sentirlos y probarlos. Existen lugares en los que el contraste entre lo que se nos ofrece y lo que estamos acostumbrados a comer es tan fuerte que me lleva un rato decir si lo pruebo o no, pero acabo probándolo. Siempre existe un lugar al que soñamos con ir, ¿el suyo es? Intento que ninguno se quede en un sueño. Si descubro un lugar al que me apetece mucho viajar, me organizo y voy. ¿Se trae algo de cada viaje? ¿Y a los demás? Cada vez menos. No necesito cargarme de cosas para recordar. Respecto a los demás, me he vuelto vago y me cuesta mucho volver cargado. Al regresar de cada estancia, ¿qué deja atrás? La sensación de estar relajado. Vuelvo al trabajo y, aunque lo disfruto, las vacaciones no dejan de ser mejores. ¿Qué prenda no podría dejarse en tierra? Una camisa blanca y un pantalón vaquero. Una banda sonora para sus viajes. The Strokes o Franz Ferdinand ¿Un imprescindible para viajar? Una buena guía. Información previa. ¿Qué lugar recomendaría para nuestros lectores? Cualquier país del Sudeste Asiático. Es como transportarse a otro mundo, el arte, la gastronomía, las personas. Son mi pasión. Anécdota Curiosa En Pakistán, llegué a un hotel a las cinco de la mañana, tuve que pedir que me rehicieran la habitación porque estaba sucia y de repente, nada más entrar en ella, el equipo de limpieza tiró las toallas al suelo y se puso a rezar. Esta entrevista ha sido leída por 8180 personas
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