Jesús Callejo Todo viaje es una aventura |
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Viajero avezado, contador de historias, buscador de leyendas, mitos, hadas, duendes y gnomos, Jesús Callejo es una de esas personas que desprende buenas vibraciones por donde pasa. Sus experiencias son mágicas y las guarda como tesoros en su memoria. |
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-¿Viajar es un placer? Es más que un placer, es el arte del encuentro con los demás y contigo mismo. El viaje siempre tiene que ser un arte, como lo es el tiempo y lo es el amor. -Cuando viajas, sabes cuando llegas y cuando regresas… o planificas todo punto por punto. Depende del propio viaje. Siempre tiene que haber un espacio para la improvisación y para la sorpresa. -De todos los lugares en los que has estado, ¿cuál ha sido el que más te ha llegado al corazón? Cuzco y Delfos. Por algo han llamado a ambos “el ombligo del mundo”. Su altitud, su atmósfera, su historia y su belleza hacen todo lo demás. -¿Te mimetizas con la gente de los lugares que visitas? Suelo ir mimetizado como un viajero que “se mezcla estrechamente con la vida”, como decía Hemingway, y nunca como un turista. -¿Eres de los que come de todo? Sí. Por suerte tengo un estómago agradecido y deseoso de sorpresas culinarias. -Te gusta la aventura. Todo viaje es una aventura. Dicho esto, me gusta aquella que no implique más riesgo que el que yo pueda controlar. -Siempre existe un lugar al que soñamos con ir, ¿tu? Quedan tantos… pero uno sería el templo de Angkor Wat, en Camboya, y otro la ciudad perdida de los Tayrona, en Colombia. -¿Traes algo de cada viaje? ¿Y a los demás? Cada vez traigo menos cosas. Si los encuentro, suelo traer amuletos o talismanes, cosas que en España nunca encontraría y a los demás les traigo cosas similares. -Al regresar de cada estancia, ¿qué deja atrás? Ese aroma de haber vivido algo único e irrepetible. Y, sobre todo, el grato recuerdo de haber estado allí… -Una banda sonora para sus viajes. Me quedo con dos grupos: con Vangelis y con Ashram -¿Un imprescindible para viajar? El entusiasmo. Si el viaje se convierte en rutina pierde su magia. -¿Qué lugar recomendaría para nuestros lectores? Del extranjero: la ciudad de Katmandú, en Nepal o bien Rennes le Château, en Francia. De España: el monasterio más pequeño del mundo, el de El Palancar, que está en Cáceres. -Un lugar para desenchufarte Trevélez, que se encuentra a 1.476 metros de altura lo que le convierte en el pueblo más alto de toda España. Cuéntanos alguna anécdota curiosa en algún viaje. En Gwalior, en la India, el hotel era un antiguo palacio del maharaha. Lo que no sabía es que también incluía toda clase da fauna insectoide aérea que se colaba por el ventilador. Fue una de las noches que más picaduras he recibido. 5 Rincones del Mundo 1. Templos de Ggantija, en la lsla de Malta 2. Cobá, en México 3. Taormina, en Sicilia 4. Cueva del Elefante, en Bali 5. Ciudad subterránea de Kaymakli, en Turquia Esta entrevista ha sido leída por 9585 personas
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