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Una vieja receta riojana | ¿Por qué no descubrir La Rioja Alta en diciembre? En esta tierra de privilegiados terroirs, de pueblos con encanto y sabores esmerados, diciembre es también mes de vino, si hablamos de vinos dulces cuya elaboración tiene al frío por aliado. La experiencia enoturística Entre cepas y fogones propone viajar al nacimiento de un vino dulce de uva sobremadura en diciembre y seguir su recorrido de la cepa a la bodega. El restaurante riojano La Cueva de Doña Isabela, de la localidad riojalteña de Casalarreina, plantea esta aventura enoturística para elaborar un vino de tradición desaparecida que acompañe a su reinterpretada cocina riojana. Recolectar la uva sobremadura, aprender y realizar la cata de uvas, catar el vino en premier y participar en el prensado son algunas de las actividades que Entre cepas y fogones invita a disfrutar, de la mano de la mejor gastronomía. La cocina tradicional de Rioja se podrá degustar en una comida en la bodega Regalía de Ollauri, escenario de la elaboración del vino. Una cena en La Cueva de Doña Isabela, con un menú especial maridaje de 5 platos y 4 vinos, llevará también a la mesa las nuevas tendencias culinarias armonizadas con las viejas recetas para obtener la máxima expresividad de los productos de la tierra. La experiencia permitirá acercarse a la esencia de la cultura y los paisajes de La Rioja Alta en el marco y alrededores de una villa, Casalarreina, declarada conjunto histórico-artístico. Ubicado en un edificio del siglo XVII, cuya construcción original fue destinada a bodega, La Cueva de Doña Isabela es el único restaurante de La Rioja que ostenta la ‘Q’ de calidad turística que otorga el Instituto para la Calidad Turística Española y que certifica la excelencia en el servicio.
Vinos nuevos de antiguas tradiciones Entre cepas y fogones invita a hacer un viaje en el tiempo y ser testigo de la elaboración de un vino con técnicas recuperadas del pasado y enraizadas a la memoria enológica de Rioja para obtener caldos nuevos y singulares. La elaboración de los vinos dulces a partir de uvas sobremaduras se caracteriza por su larga fermentación, que puede prolongarse varios meses, debido a su alta cantidad de azúcar y a la baja temperatura a la que realiza la fase fermentativa. Los vinos dulces obtenidos son vinos genuinos emparentados con los vinos franceses vin de paille o vinos de paja. Los aromas de estos vinos de uva sobremadura reflejan los de las uvas pasas de partida y tienen notas a higos secos, dátiles y fruta en compota. Como vinos con alto contenido en azúcares, dejan una sensación dulce en boca, pero debido a que la sobremaduración concentra también los ácidos presentes, el dulzor no resulta empalagoso o excesivo. Jorge Blanco, gerente del restaurante, destaca que “este proyecto abre la puerta a los amantes del vino y la gastronomía a vivir una experiencia enoturística, que es en último término cultural y sensorial, y que refleja el compromiso de ‘La Cueva de Doña Isabela’ con su entorno”.
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