Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha indagado sobre el tratamiento ritual de los cráneos con esqueleto facial mutilado en el Neolítica Pre-cerámico del sur de Siria, a partir de varios cráneos encontrados en el en el yacimiento de Tell Qarassa Norte. Investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Sophie Antipolis de Niza han estudiado los restos de cráneos encontrados en el yacimiento de Tell Qarassa Norte –datado a mediados del IX milenio a.C. y ubicado al sur de Siria– que ofrece nuevos datos sobre el significado de los comportamientos rituales con respecto a los cráneos. Las 11 calaveras encontradas en dicho yacimiento se dividen en dos grupos organizados en círculo sobre el suelo de una habitación y corresponden, salvo una infantil, a individuos jóvenes-adultos y masculinos. En 10 de los 11 casos, la cara se eliminó voluntariamente. "La amputación deliberada de los esqueletos faciales de individuos jóvenes y su agrupación en un depósito tras su retirada de las tumbas cuando los cadáveres estaban esqueletizados sugiere un rito de castigo o venganza", aseguran los investigadores. La amputación deliberada de los esqueletos faciales de individuos jóvenes y su agrupación sugiere un rito de castigo o venganza En el contexto del Neolítico Pre-cerámico, en el que la simbología de la cara humana juega un papel fundamental en las concepciones rituales, como puede observarse en el uso de máscaras, esculturas y cráneos modelados, esta eliminación podría interpretarse como un acto de hostilidad.
Guerreros sin rostro El estudio apunta a que aquellos jóvenes podrían ser guerreros cuyo vigor era temido por el grupo –solo el niño conserva su cara–. Estas comunidades atribuían muchos valores al cráneo y en este caso parece que implicaba algo dañino para el grupo. El denominado “culto al cráneo”, es decir, su extracción, uso y desafección, es una de las características más destacadas del complejo ritual funerario que se documenta en la transición hacia el Neolítico en el Oriente Próximo. Este ritual funerario se ha interpretado tradicionalmente como una forma de veneración a los ancestros o a los héroes. Sin embargo, en los últimos años se ha puesto de manifiesto ciertas incongruencias en el registro arqueológico que ponen en duda la universalidad de estas interpretaciones, sugiriéndose que representan una pluralidad de significados.
Fuente: Antigua y Medieval
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