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Detalle de los textos escritos en hebreo en exhibición en el Museo de Israel | El Museo de Israel, en Jerusalén, expone por primera vez al público la polémica “Piedra del Arcángel Gabriel”, una roca de caliza de un metro de altura que data de la época del siglo I a.C. Fue hallada en el año 2000 en las proximidades del Mar Muerto y contiene un texto de 87 líneas en hebreo que habla del Arcángel Gabriel Su excepcionalidad radica no sólo en que es el único escrito contemporaneo a Jesús pintado sobre una roca en la zona del Mar Muerto, sino que parece profetizar su muerte y resurrección. Su tasación la convierte en el documento más antiguo, junto con los manuscritos del Mar Muerto, de la Biblia Hebrea. En 2008, el experto en La Biblia de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel Knohl, lanzó la teoría de que el texto de la Piedra del Arcángel Gabriel hace alusión a una corriente mesiánica que existió antes de Jesucristo basándose en una pretendida interpretación de la frase (…) “en tres días, vivo, yo, Gabriel, lo mando” (…) que parece figura en la piedra, sin embargo, a pesar de haberse utilizado las últimas tecnologías para conseguir descifrar el texto completo, no se ha llegado a una conclusión unánime, ahora bien, la declaración de Knohl suscitó una gran polémica e interés internacionales dando lugar a un reportaje de National Geographic, una conferencia internacional y acalorados debates así como exposiciones de antigüedades relacionadas con la Biblia como excusa para poder exhibir la pieza estrella: la Piedra del Arcángel Gabriel. Menos de la mitad de las 87 líneas son legibles. Los que han estudiado el texto afirman que se refiere a una batalla en la que se ataca a la Ciudad de Jerusalén, dentro de un contexto apocalíptico siendo salvada por Dios a través de sus ángeles relatando la escena el mensajero divino, el arcángel Gabriel. Para el estudioso Israel Knohl, sin embargo, el texto hace referencia a una rebelión aplastada por el César Augusto, en el año 4 a.C., en la Transjordania, donde apareció la piedra dirigiéndose Gabriel al rey judío de la Región, Simón de Perea, considerado el Mesías por sus seguidores y proclamando que resucitó al tercer día de su muerte. Por lo tanto, Knohl considera que la creencia en la resurrección del Mesías no es exclusiva del cristianismo sino que se trataba de una tradición anterior de donde la copiaron los cristianos por lo que probablemente Jesús la hizo suya autoproclamándose o siendo proclamado por sus seguidores “Mesías redentor del pueblo judío”. Como ocurriera con los manuscritos del Mar Muerto, el hallazgo de la Piedra de Gabriel es igualmente oscuro: un beduino la encontró en la misma zona que los manuscritos, hace trece años. Fue analizada por un profesor universitario que halló restos minerales que solo se encuentran en la región del Mar Muerto y finalmente adquirida por un rico anticuario jordano quién se la vendió a un coleccionista suizo, David Jeselsohn, quien la ha cedido a Israel, temporalmente, para la exposición. Los investigadores no han conseguido ubicar la zona exacta de donde procede la piedra y el supuesto beduino que la encontró es alguien desconocido ya que el anticuario jordano que se la compró no ha dado datos sobre el mismo ni los dará ya nunca puesto que murió. Lo curioso es que otro anticuario, éste israelí, Lenny Wolfe, asegura que le mandaron un fax borroso con una imagen de la Piedra pero no la quiso adquirir probablemente temeroso de que fuera un fraude, algo de lo que se arrepentirá toda su vida, pero no hay más datos sobre los orígenes de esta controvertida Piedra. Ahora, el Profesor Israel Knohl ha declarado a The Telegraph que podría existir una segunda piedra: "Es muy posible que el texto fuera escrito en dos piedras, sobre todo porque el lenguaje incluye referencias a un Nuevo Testamento o Pacto", dijo el profesor Knohl. "Podría ser que se hizo en forma de tabletas para imitar la idea de las dos tablas de los Diez Mandamientos dados a Moisés en el Monte Sinaí."
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