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Inscripción en uno de los muros desenterrados. Foto: Alberto Aragón | La joya arqueológica de la Vega Baja está por desenterrar, pero antes era necesario contar con un plan que garantizara su conservación. Los yacimientos de La Rábita Califal y La Fontenta ya forman parte del futuro Parque de Yacimientos Dunas de Guardamar del Segura gracias a un Plan Director. Este tesoro de la cultura mediterránea está sumergido bajo la arena y era imprescindible asegurar lo que se excavó hace años antes de potenciar el turismo cultural. Lo que resta por encontrar, según aseguran los expertos, estará en perfectas condiciones porque la arena es el elemento idóneo para preservar restos arqueológicos, como ha sucedido en Egipto. El documento marco es la hoja de ruta para desenterrar las más de diez hectáreas de legado histórico de la cultura fenicia e islámica. Cada una de estas construcciones es única por si misma, pero ambas forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Además se encuentran bajo un paraje natural protegido como la Pinada, que es parte de la historia guardamarenca porque su construcción artificial evito que las dunas sepultaran la localidad a principios del Siglo XX. Desde que La Fotenta se abandonara hace más de una década no se había acometido ningún proyecto de consolidación. Los 2.500 años de historia peligraban porque el material es muy sensible a la intemperie. En este sentido, el proyecto aprobado entre la Diputación Provincial, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento fija una serie de acciones urgentes que eviten su degradación. La idea es crear un centro de interpretación desde el que se inicie una ruta por los yacimientos, para acabar en el Museo Arqueológico. Este ambicioso objetivo no se podrá realizar sin la inversión de la administración pública, aunque también se espera que la Unión Europea pueda arrimar el hombro. Cabe recordar que la ciudad fenicia «es la mejor conservada de la Península Ibérica y uno de los asentamientos más importantes de todo el Mediterráneo Occidental», según se desprende de los estudios previos que se recogen en el proyecto de musealización. A esto hay que sumar que la Rábita Califal «es uno de los ejemplos más antiguos de este tipo de institución religiosa conservado en el occidente del Islam». Desde la dirección del Museo Arqueológico de Guardamar (MAG) se apuesta en los últimos años por no sacar más patrimonio a la luz si antes no se protege lo que se dispone. Un ejemplo de ello es la muralla que defendía la ciudad fenicia y que da muestras de la importancia de este asentamiento. Este sistema defensivo incluso disponía de baluartes, pero las campañas de extracción de tierra dejaron al aire libre parte de los cimientos y algunas zonas se han derruido.
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