Arqueólogos de la Societat Catalana d'Egiptologia y la Universitat de Barcelona han descubierto en Egipto, una estructura subterránea de piedra que no saben qué es pero cuya importancia parece incuestionable. En su interior han encontrado lo que podría ser el retrato más antiguo de Jesucristo. El hallazgo se produjo durante las excavaciones arqueológicas en la antigua ciudad copta de Oxirrinco. La pintura copta representa una figura en actitud de bendecir. Se encuentra en el medio de una vía procesional porticada con bellas columnas, recientemente recuperada, que cruza la ciudad y que une el Nilo con el imponente Osireion. La excavación de la estructura ha resultado un trabajo faraónico, ya que se encontraba cubierta de escombros muy pesados que, se colocaron adrede. Un arquitecto y un ingeniero han dirigido los espectaculares trabajos de desescombro, se han levantado hasta 45 toneladas de piedra. Una vez despejada la estructura, vino la sorpresa. “Las paredes están recubiertas con cinco o seis capas de pintura, la última correspondiente a la época copta de los primeros cristianos” -Explica Josep Padró en su blog. “Hay decoración vegetal, inscripciones que se han copiado, pero que todavía no se han traducido, y la figura de un hombre joven, con rizos, vestido con una túnica corta y con la mano alzada como si estuviera bendiciendo”. Para el egiptólogo, “podría tratarse de una imagen muy primitiva de Jesucristo”, similar a las que figuran en catacumbas romanas, aunque no descarta que pudiera corresponder a algún santo. De momento, la representación permanece protegida y se espera que los escritos puedan aportar algo más de luz. Para la próxima campaña de excavaciones se iniciará un proyecto con el fin de conservar lo mejor posible las pinturas coptas para que sean visitables en un futuro. También se proponen excavar una estructura anexa a la que se accede mediante unos peldaños muy desgastados. “No sabemos qué nos podemos encontrar”, confiesa enigmático el egiptólogo. Los coptos, siendo egipcios de origen, fueron uno de los pueblos cristianos más antiguos. La tumba, que mide 8 metros de largo tiene 3,75 metros de profundidad y consta de 4 pilastras, contiene otras piezas insólitas como un tintero que pudo pertenecer al escriba allí enterrado. La traducción de las inscripciones coptas que rodean la imagen se antoja esencial para la investigación.
|