Expertos egipcios han comenzado con los nuevos trabajos de restauración de la esfinge de Gizá. "Es necesario someterla a trabajos de restauración periódicos para preservarla de los estragos y minimizar su impacto", remarcó Mamduh al Damati, ministro egipcio de Antigüedades. El proceso durará dos meses, tras los que el monumento se reabrirá al público. El ministro también recordó que la esfinge fue esculpida en la zona más débil de la meseta de las tres pirámides de Gizá (suroeste de El Cairo), que también serán mejoradas. Por esta razón ordenó acelerar la restauración de la de Micerino, la más pequeña de las tres, cuyo proceso incluye el tratamiento de la salinidad de sus paredes internas y la rehabilitación del sistema de iluminación y ventilación de sus pasillos y cámaras. Por su parte, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Amin, indicó en una nota que la restauración de la esfinge incluye sus partes erosionadas o en riesgo de dañarse por el viento y la arena, especialmente el pecho y cuello. Entre las razones de la restauración, Damati destacó que su ministerio inició estos trabajos con motivo de su política de desarrollo y conservación de los lugares arqueológicos en las diferentes provincias de Egipto. Un hecho que pretende aumentar recursos y beneficios económicos en el sector del turismo.
Fuerza de león Los antiguos egipcios denominaban a las esfinges Shesep-ankh, imagen viviente, un nombre que se utilizaba para referirse a las estatuas reales. Mitad león, mitad humano, la esfinge de Giza, construida con piedra y caliza se remonta a la dinastía IV, y su simbolismo recuerda la fuerza y el poder del imperio egipcio. Con 57 metros de largo y casi 20 metros de alto, esta figura se asoció al cuarto faraón de la dinastía IV, Kefrén, aunque posteriormente se desmentiría esta vinculación. La forma cuadrada del rostro y la ornamentación de la corona indican que esta esfinge homenajea a su padre Jufu (Keops) como representación del dios Ra (dios del sol) cuando sale por el horizonte. Las esfinges aludían a la fuerza del león y la sabiduría del rey. Solían representarse en actitud de reposo, con las patas extendidas o con antebrazos y manos humanas en la misma posición. Estas esculturas tuvieron su época dorada en el Imperio Medio, finales del III milenio a.C. Una de las primeras representaciones que se encontraron fue la de la princesa Hetepheres II, esposa de Didufri, faraón de la dinastía IV. La figura se encontró en el complejo funerario de Didufri (hijo del faraón Keops) en Abu Rawash y está datada de mediados del III milenio a.C.
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