Un viaje es como el matrimonio. Uno se equivoca si piensa que tiene todo controlado. John Steinbeck
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Escapada cultural / España
Barcelona, un paseo por su historia
Nos acercamos a la ciudad condal más insólita

Situada a orillas del Mediterráneo, Barcelona es una ciudad cosmopolita con una gran importancia tanto cultural como comercial y turística. Es una de las ciudades europeas más visitadas, tanto por turistas como por asistentes a los congresos, que se celebran en la ciudad pero pocos conocen su legado más ancestral y heterodoxo.

Texto: Josep Guijarro Fotos: Xcriptum Producciones


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abril 2014 0 Comentarios

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El 5
de agosto de 1391 una multitud exaltada saqueó el barrio judío de Barcelona arrancando la vida a buena parte de sus habitantes. De este golpe ya no se recobró la aljama barcelonesa pese al empeño del rey Joan I por reconstruirla. Atrás quedaban cinco siglos de convivencia pacífica en los que además de un próspero comercio y un importante desarrollo económico, los judíos legaron transcendentales conocimientos que sirvieron de base a futuras heterodoxias creadoras. Los judíos barceloneses fueron bien tratados por los césares paganos pero su suerte cambió con el emperador Constantino y sus sucesores que les hicieron objeto de leyes especiales. Se les obligó a residir en barrios especiales, denominados call (del hebreo qahal, “asamblea”, “congregación”) y se les impuso el uso de distintivos. Las primeras noticias sobre el Call de Barcelona se remontan al siglo IX cuando Judá Hebreo se estableció en la plaza fortificada que entonces formaba parte de la Marca Hispánica. Hubo varias sinagogas en Barcelona. La mayor estuvo, probablemente en la calle Sant Domènec del Call bautizada por los judíos como la calle de la Gran Sinagoga. Otra ocupó el solar de la iglesia gótica de Sant Jaume. Esta pequeña sinagoga era el lugar de culto del llamado call d’en Sanahuja y fue consagrada como capilla cristiana tras el asalto de 1391. Se supone todavía la existencia de dos sinagogas más: la llamada Escola de les Dones, enclavada en la calle Sant Ramon del Call, donde las mujeres recibían clases de Bíblia y Talmud, y la sinagoga de les Escoles Majors, situada en la calle de las Carnicerías, que debe su nombre a la venta de carne sacrificada según el rito judío.
El Call estaba comprendido entre el acceso a la Plaça Sant Jaume y la confluencia de la calle del Call con Banys Nous. Esta última debe su nombre a la casa de baños que en la confluencia con la calle Boquería, construida por los judíos en el siglo XII.
A pesar de su arraigo e influencia, las huellas de esta cultura son muy escasas en la actualidad. Una inscripción en hebreo descubierta en 1820 en la pared de un edificio de viviendas de la calle Marlet, algunos arcos que limitaban el recinto de la judería en la calle del Call o un capitel del claustro de la catedral, en el que es visible un grupo de mujeres judías, son los únicos vestigios directos de su existencia en las calles de la ciudad. Distinta es la situación en los museos donde se conservan valiosos recuerdos. El Museo de Historia reproduce, por ejemplo, un plano de la necrópolis hebrea que, al parecer, estuvo instalado en Montjuïch. Algunos especialistas, han creído encontrar en su fonética el monte (mont) de los judíos (juïch) aunque la etimología lo relaciona, también, con Júpiter (Jovis en latín) por creerse que allí existió un templo dedicado a este dios máximo del panteón romano.
El museo, asimismo, posee cuatro lápidas sepulcrales halladas en el entorno de la catedral y numerosos amuletos. Distintas leyendas urbanas han unido, hasta hace poco, el nombre de los judíos a prácticas mágicas. El escritor Ernesto Milá refiere, por ejemplo, la de un alquimista de religión judía que preparó una flor mágica para un caballero que deseaba matar a la joven después de no poder conseguir sus favores. El judío preparó una flor mortal cuyo aroma provocaría una lenta agonía hasta la muerte a quien lo oliera y se la dio al caballero que llevó a cabo su siniestro plan. El judío supo entonces que la víctima de su magia era su propia hija que rechazó los ofrecimientos del mezquino caballero. El judío abandonó el call enloquecido y de la historia sólo se conserva una vieja mansión gótica del siglo XV conocida como “casa encantada” en la calle Arc de Sant Ramón del Call que albergaba en su interior un pozo de aguas amargas.
Muchas otras leyendas relacionan a los judíos con brujería, pactos diabólicos y artes mágicas siendo, en muchos casos, una consecuencia de la ignorancia sobre su fe, su liturgia y sus tradiciones.
Con el fin de conocer mejor la religión fundada por Abraham, el rey Jaime I el Conquistador propició, durante su mandato, las llamadas Disputas de Barcelona que no eran sino unos encuentros religiosos entre cristianos y judíos. Las disputas debieron de ser poco favorables a la Iglesia pues, al parecer, el monarca recibió orden desde Roma para que fueran interrumpidas.
La judería fue definitivamente desmantelada en el año 1401 por orden del rey Martín el Humano. Las escasas familias que aún quedaban en el call se trasladaron a la calle Volta dels Jueus donde siguieron viviendo hasta su expulsión definitiva en 1424.

Las órdenes de caballería
En las cercanías del call barcelonés los caballeros templarios ocuparon una casa-palacio que permitía el contacto de los rabinos y los estudiosos de la Cábala con los monjes guerreros de la cruz paté. En recuerdo de aquella casa, detrás del Ayuntamiento de la ciudad, se le dedicó la calle dels templaris. Los templarios entraron en España a través de Alfonso I “el batallador” dejándoles en herencia su reino. Los trovadores occitanos lo llamaron “Amfortas”, es decir, el Rey del Grial. “Quienes propiciaron el resurgimiento de este mito, –afirma el medievalista Rafael Alarcón- obtuvieron notables beneficios político-económicos”. Una hipótesis que se confirma si observamos, por ejemplo, la trayectoria del Temple que auspició la subida al trono del rey Jaime I “el Conquistador”.
Los restos templarios más destacables de Barcelona se encuentran en la calle Timó. Se trata de una puerta que permitía atravesar la antigua muralla a los caballeros de la orden del Temple. Una concesión otorgada a la orden por el rey Jaime I, que fue educado por ellos en su castillo de Monzón (Huesca) y convertido en paladín del Grial. Está documentado, asimismo, que los templarios barceloneses combatieron en la primera cruzada y en la toma de Jerusalén. Entre sus filas se hallaban sin duda los miembros de la familia Pinós-Bagá vinculada a la fundación de la orden, lo que explicaría porque los templarios consiguieron tal vigor en Barcelona. También cabe otra posibilidad, que este arraigo se debiera a la protección del Grial que, por casi cuarenta años, se conservó en el Palacio Real de Barcelona hasta su cesión definitiva a la Catedral de la ciudad de Valencia, el 18 de marzo de 1437.
En cualquier caso, desde muy pronto, los templarios dispusieron de una delegación en las cercanías de la actual Casa de l’Ardiaca, cerca del Portal Nou. No eran los únicos. Los Caballeros Hospitalarios estuvieron también en la ciudad, lindando la actual Vía Layetana, en la conocida Plaza del Angel.
La sociedad medieval se construyó sobre el conocimiento iniciático. “A la caballería –escribe el ensayista francés Michelet- correspondía la camaradería obrera. Todo caballero, toda corporación, toda ciudad, -añade- ofrecía su personalidad simbólicamente formulada en su blasón”. El escudo de armas se obtenía por medio de un cálculo astrológico y sus divisas se establecían merced a la cábala. Un blasón construido según las reglas ofrece, por lo tanto, mucha información sobre el linaje y el punto inicial del destino.
Barcelona adoptó como emblema una cruz roja sobre fondo blanco y las cuatro franjas rojas sobre el campo amarillo del escudo. La Cruz de San Jorge, su santo patrón. Según las crónicas a mitad del siglo III nació en Capadocia, Asia Menor, este caballero universal. Fue en el seno de una acaudalada familia cristiana. Se unió a la milicia romana en tiempos del emperador Diocleciano donde obtuvo el grado de “Centurión”. Su carrera, sin embargo, quedó truncada cuando San Jorge se negó a rendir culto al dios Apolo. Poco antes demostró su valía como luchador enfrentándose a un dragón cerca de Lyddia, en Palestina. Del siglo XIV data la Hermandad de San Jorge, fundada por Pedro el Cerimonioso, promotora de los juegos de armas que tuvieron lugar en torno a la plaza del Born hasta bien entrado el siglo XVII.

Sociedades Secretas
Durante la Edad Media proliferaron en Barcelona las órdenes de caballería pero también gremios y cofradías de artesanos que contribuyeron al resurgimiento de la vida urbana medieval. Por otro lado, los reyes, en la pugna por ganar autoridad y hacer frente a la nobleza, hallaron en estos estamentos un interesante aliado. La llamada masonería se desarrolló a partir de los gremios de albañiles (en francés masons) que construyeron las catedrales góticas de Europa. Actuaron inicialmente como grupos de apoyo, como los modernos sindicatos. Para reconocerse entre ellos desarrollaron un complejo código de contraseñas, símbolos secretos (marcas de masones que todavía son visibles en muchas catedrales) y una forma especial de estrecharse la mano. Los masones habrían heredado el conocimiento esotérico de sus antecedentes paganos y que dicho conocimiento fue incorporado a la arquitectura sagrada de las catedrales. Durante el siglo XVII las pocas logias existentes empezaron a aceptar gentes ajenas a la profesión de albañil, siempre que demostraran sabiduría o poseyeran una posición social influyente, lo que provocó el nacimiento de la masonería moderna o especulativa orientada al estudio de los símbolos y el perfeccionamiento moral del masón, es decir, la base del ritual masónico.
La nueva masonería contó entre sus filas a hombres ilustres como George Washington, Johann Wolfgang Amadeus Mozart o Benjamín Franklin lo que provocó que muchos procesos revolucionarios estuvieran apoyados por la masonería.
Los tres ideales masónicos: Libertad, Igualdad, Fraternidad, no sólo estuvieron presentes en la Revolución Francesa sino que fueron estandarte en la vida de Josep Xifré y Casas. Este filántropo y mecenas catalán se estableció definitivamente en Barcelona en el año 1840 tras haber atesorado una gran fortuna en América y haber ayudado a la creación del Gran Oriente Cubano, una logia masónica. También estuvo adscrito a la fracmasonería catalana Era buen amigo de Ferdinand Lesseps, constructor del canal de Suez pero que, en aquella época, era cónsul de Francia en Barcelona. Lesseps era un hombre versado en el conocimiento alquímico recibiendo en su residencia a los más destacados ocultistas de la época. Conoció y se relacionó con el mítico ilustrador Fulcanelli que junto con Xifré compartieron el gusto por los edificios góticos.
Poco antes había adquirido un terreno frente a la Llotja en la que se erigirían más tarde las casas llamadas Porxos d’En Xifré y donde, a la postre, fijaría su residencia. Gran parte de la simbología masónica puede todavía contemplarse si almorzamos o cenamos en el restaurante de las Siete Puertas, en el paseo de Isabel II, que ocupó el inmueble tras la muerte de Xifré. Cada una de las puertas tiene escrito el nombre del lugar en un alfabeto diferente. Las losas del suelo son blancas y negras reproduciendo el típico pavimento ajedrezado de las logias.
En el friso del edificio podemos reconocer a Saturno apoyado sobre el Ouroboros, con la guadaña y el reloj de sol. Frente a él, Urania, sosteniendo un compás y tras ella el atanor, un instrumento hermético. Quince bajorrelieves en los porches de la casa Xifré representan, finalmente, diferentes operaciones herméticas y procedimientos alquímicos. Si deseamos convencernos, aún más, del arraigo de las logias masónicas en la ciudad condal conviene visitar el antiguo convento de San Agustín, convertido primero en Cuartel de Artillería y, posteriormente, en Hospital Militar. Dos de sus tres puertas tienen frisos de carácter masónico. Desde la escuadra y el compás al árbol seco.

El Misterio de las torres olímpicas
El lenguaje de la masonería se ha conservado intacto a lo largo de los siglos y si somos pacientes podremos reconocerlo en multitud de edificaciones contemporáneas. Las torres olímpicas de Barcelona, atracción para miles de turistas españoles y extranjeros, son un ejemplo de ello.
Si jugamos a contar los escalones del Hotel Arts, obtendremos un número singular: el 33. Es decir, los grados del rito escocés de la masonería. Las mismas torres podrían representar las columnas del Templo de Salomón pues la Torre Maphre contiene la letra “J” de arriba abajo mientras que el Hotel Arts posee la letra “B” definida por las cruces metálicas de la torre. Son las iniciales de Jakin y de Boaz presentes en el modelo masónico.
Lo más sorprendente, sin embargo, lo obtendremos al sumar los cristales de la Torre Mapfre que dan la espalda a Oriente: 666. Para la tradición cristiana este número representa al Anticristo.
El Pez que preside la entrada al puerto olímpico o la pirámide truncada situada a escasos metros de las torres completan el mensaje cifrado. El pez es uno de los símbolos del cristianismo pero aquí se halla desprovisto de cabeza y cola. Por su parte la pirámide representa la pérdida de la sabiduría. Hasta no hace tanto tiempo, frente a la entrada de la Torre Mapfre habían varias piedras (la piedra bruta) que se contraponían a la piedra cúbica que contiene el nombre del Hotel Arts. Vistas desde el aire, además, las dos torres parecen dar entrada al “suelo” ajedrezado de la logia, representado por las cuadradas manzanas del Eixample barcelonés.
GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar

En avión, en coche, en tren…¡hasta en barco! Cualquier transporte sirve para llegar a Barcelona.

Dónde dormir

Barcelona tiene una oferta de hoteles para todos los gustos y precios y para todos los estilos: familias, gente de negocios, parejas o viajeros empedernidos. Entra, elige... ¡y buena estancia!

Dónde comer

La capital catalana se ha situado en primer plano internacional gracias a sus restaurantes y a los grandes nombres de su cocina. La oferta es tan variada que te costará decidirte.

Más información

Barcelona Turisme
www.barcelonaturisme.com/


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