Pirineo aragonés Una escapada por Jaca y San Juan de la Peña |
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Algunos lugares pretenden ser parte de las leyendas de nuestro mundo. Otras, en cambio, no sólo no lo pretenden sino que gracias a su historia a través de los siglos, se convierten en algo que va más allá del simple cuento de niños que se ha intentado enraizar en el inconsciente colectivo del ser humano. Y eso lo podemos encontrar en Jaca y sus alrededores.Texto: Patricia Hervías Fotos: Josep Guijarro |
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En efecto, su proximidad a las pistas de esquí de Candanchú, Astún, Somport (fondo), Formigal y Panticosa hacen que esta “la perla del Pirineo”, como también se la conoce, se convierta en el centro neurálgico de los deportes de invierno en España. Esquí alpino, esquí de fondo, esquí de travesía, raquetas, mushing, patinaje sobre hielo, curling… Jaca es sinónimo de deporte y no solo en invierno… pero también de cultura Jaca es una ciudad europea y cosmopolita, parada fundamental del Camino de Santiago. Es por ello que conviene visitar su Catedral románica del siglo XI que se encuentra en una situación privilegiada, rodeada de locales comerciales y donde se emplaza el mercado una vez por semana. Fue declarada declarada como la Ciudadela Monumento Nacional. Su visita es imprescindible para admirar un ejemplo de arquitectura militar del siglo XVI. Su construcción comenzó en 1592, tiene planta pentagonal de grandiosas dimensiones, con foso, y está construida en llano. Otros edificios de obligada visita para olvidarnos de las pistas de nieve son el Monasterio de las Benedictinas, la Iglesia de Santiago, la Ermita de Sarsa, el Puente de San Miguel, la Torre del Reloj (del siglo XV) o el Ayuntamiento. En la propia ciudad podemos practicar deportes de hielo pues, Con motivo de los Juegos Olímpicos de Juventud Europea de 2007 (FOJE 2007) se inauguró su nueva pista de hielo, de formas vanguardistas y muy llamativa desde el punto de vista arquitectónico, que está ubicada en un terreno contiguo a la anterior. En busca del Grial No muy lejos de Jaca se ubica un enclave mágico: El monasterio de San Juan de la Peña. El comienzo de su construcción se remonta al siglo X, aunque a lo largo del tiempo se continuó trabajando en él. El viejo cenobio, celebérrimo en el mundo entero, se halla esculpido en la roca, en un enclave donde el sol nunca ilumina, la humedad es continua y el frío arrecia. Cierto es que sus orígenes son algo inciertos, si bien se cree que fue refugio de eremitas y fundación, más adelante, de un centro monástico dedicado a San Juan Bautista. Aunque lo más conocido de este lugar es la historia que habla del Santo Grial, trasladado hasta este recóndito lugar por San Lorenzo para su protección. Es curioso pasear por el claustro observando el hermoso trabajo de los escultores en los capiteles de las columnas, representando la vida de Cristo. Alguno de ellos ha sido objeto de especulaciones esotéricas. Pero eso es otra historia. En un soleado prado se encuentra otro retiro, ahora museo de la vida monacal, con reconstrucciones de la vida en la época. Ahora parte del nuevo monasterio es hotel, donde los antiguos monjes subieron a aprovechar la luz y sobre todo, el calor. El Pirineo aragonés es una tierra llena de historia, con lugares que poco a poco pueden ir conociéndose y, sobre todo, nos aproxima a la naturaleza recorriendo senderos y paisajes del cercano Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido. Pero a eso ya le dedicaremos, otro fin de semana. |
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