Atropatene La tierra del fuego |
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Azerbaiyán es una joven república caucásica de acusados contrastes, tanto en lo económico, como en lo paisajístico. El lujo de Bakú, su capital política y administrativa, es fruto de sus recursos naturales, del petróleo, y contrasta con el resto del territorio que, si bien presume de paisajes asombrosos y un patrimonio histórico excepcional, carece de infraestructuras turísticas. Exploramos un destino virgen, la tierra del fuego.Texto y fotos: Josep Guijarro |
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La estructura que visito ahora fue construida a partir del siglo XVII, cuando los peregrinos empezaron a pagar a las autoridades locales para que les permitieran construir lugares donde rezar y dormir. El templo se erige en medio de una zona saturada de gas natural y aceite que prende de forma espontánea haciendo erupción desde el suelo. Puedo imaginar la fascinación que este fenómeno causó en los primeros peregrinos que, aún hoy, vienen a esta joven república para adorar al elemento fuego. Muchos de ellos visitan también la Yanar Dag (montaña de fuego) una fogata eterna que se escenifica en un colina ardiente, con llamas de hasta tres metros de altura, en una pared de 200 metros de largo. Dicen los geólogos que se trata de un volcán de lodo, una forma menor del relieve formada por un cráter y un cono volcánico de poca altura cuyo origen no está relacionado con las verdaderas formaciones volcánicas. El fenómeno se produce por el gas que se filtra del subsuelo a través de la porosa roca arenisca y es un indicador de las reservas petróleo y gas metano depositadas bajo la superficie. Por esa razón, los persas bautizaron Azerbaiyán como Atropatene, la tierra del fuego. La Ciudad Negra Azerbaiyán, justo es decirlo, posee la mayor concentración de hidrocarburos del planeta. Aquí forjaron su fortuna los Rothschild en 1886. Hasta finales del siglo XIX, el petróleo americano dominaba el mercado mundial, y además, estaba controlado por una sola empresa: La Standard Oil del magnate John David Rockefeller. Pero entonces entró en escena Bakú que, gracias a los métodos de extracción de Ludwig y Robert Nobel (hermanos de Alfred, el fundador de los premios) multiplicaron la producción de los 600.000 barriles de 1873, a los 10,8 millones de barriles anuales, sólo una década más tarde. La intervención de los Nobel cambió la ciudad. A principios de 1880 había casi 200 refinerías, y la actual capital de Azerbaiyán era conocida como “la ciudad negra”. La producción llegó a superar durante un tiempo a la estadounidense, fue entonces cuando llegaron las inversiones de los Rotchschild cuya iniciativa obligó a la Standard Oil a asociarse con los distribuidores locales más importantes. Hoy los campos petrolíferos dibujan un paisaje peculiar en los alrededores de Bakú, un paisaje que ha sido reflejado, incluso, en la gran pantalla gracias a uno de los episodios de la saga James Bond, el agente 007, titulado The World Is Not Enough. Merece la pena que te dejes caer por este campo petrolífero, muy próximo a Shikhov Beach para que te pongas por unos minutos en la piel de Pierce Brosnan en busca de Electra. Bakú: expansión desmedida El olor del petróleo –ya lo avanzo- es perceptible desde la llegada al aeropuerto. Los azeríes viven obsesionados por la calidad del aire, y eso que Bakú significa “azotada por los vientos”. La capital ha sufrido un crecimiento desmedido debido a la bonanza económica que otorgan los petrodólares. Es inevitable ver grúas por todas partes que erigen torres, edificios públicos y viviendas de nueva construcción, caracterizadas por una arquitectura que entronca con las Bellas Artes. Las calles, fuera de la ciudad vieja obedecen una planificación cuadriculada que se alzan hacia la parte más alta de las colinas que delimitan la bahía de Bakú. Sorprenden, en este sentido, las tres modernas torres acristaladas frente al Parlamento, justo delante del Cementerio de los Mártires, de obligada visita. Y es que aquí reposan los restos de 137 personas que murieron entre el 19 y 20 de enero de 1990, cuando los tanques y tropas soviéticas tomaron las calles de la ciudad. También están enterrados en este lugar algunos de los jóvenes que perdieron la vida en la guerra contra Armenia. Esta es otra de las obsesiones azeríes: la recuperación de la región de Nagorno Karabaj, autoproclamada república independiente desde 1991, aunque no está reconocida por ningún estado miembro de las Naciones Unidas y que se encuentra, de facto, bajo control del ejército armenio. La ciudad antigua Cuando salgo del camposanto me sobresalta la llegada de varios autobuses con hombres y mujeres enlutados que portan en la mano rosas rojas para depositar en las tumbas. Mi guía me hace señas de que no haga fotos y respeto su voluntad. Después me dirigiré a la Ciudad Vieja, una visita que puede ocuparte toda la mañana. Empecé por el Palacio de los Shirvanshahs, que figura desde el año 2000 como Patrimonio de la UNESCO. Se cree que el edificio es un complejo memorial construido alrededor de un lugar sagrado de veneración y una tumba de Seyyid Yahya Bakuvi, un santo sufí. Después visitaré la Qiz Qalasi (Torre de la doncella) que es el icono de la ciudad. Se trata de un edificio de casi 30 metros de altura cuya antigüedad es un misterio. Algunas fuentes la sitúan en torno a los siglos VII a. C. y otros hablan del siglo XII. Debe su nombre a una leyenda, según la cual, una doncella se habría arrojado al Caspio desde lo alto al ver a su amado alejarse. Y es que, originariamente, esta construcción sasánida estaba junto al mar pero, a principios del siglo XX, se dragó una parte para construir una transitada carretera y algunos jardines públicos. Sus ocho pisos albergan un museo así como varias tiendas de souvenirs. Desde la terraza superior puedes disfrutar de una buena vista de la bahía, del casco histórico y, también, de la ciudad alta. Va siendo hora de comer. Los azeríes no tienen costumbre de comer fuera de casa y, cuando lo hacen, para celebrar algún acontecimiento especial, reservan una parte del restaurante o su totalidad. Esto hace que la mayoría de establecimientos tenga una estructura peculiar, con reservados y compartimentos a los que no estamos muy acostumbrados. En cuanto a la gastronomía, hay que hacer notar que la comida más típica son los kebabs de cordero, aunque antes del mismo acostúmbrate a ver pepino, berengena, eneldo y queso que está presente en todos los entrantes junto al té y la compota que son las bebidas que acompañan los ágapes. Olvídate del cerdo. Azerbaiyán es un país musulmán aunque tan abierto como Turquía, por lo que las mujeres visten occidentalizadas, ir maquilladas y calzar tacones. Por la tarde no me resisto a pasear por el paseo marítimo y el boulevard que concentra la zona comercial. En Bakú han aterrizado las grandes firmas internacionales que, al son de la riqueza que se percibe en la ciudad, han abierto tiendas espectaculares como sus precios y que contrastan con los de los mercados tradicionales. Tierra de contrastes Al día siguiente pondré rumbo al norte. Me llama la atención la ausencia de señalizaciones y la forma de conducir de los azeríes. No te sorprenda ver giros prohibidos o vehículos en dirección contraria. Parece que todo está permitido... salvo para los visitantes. Hay frecuentes controles con “mordidas”. Aunque las autoridades tratan de evitarlas es más que evidente que siguen produciéndose. He tomado la carretera de Baku a Shamaki. El paisaje que me rodea es muy árido, con colinas onduladas. Parece que estoy en Marte. Efectuamos una parada cerca de Maraza donde se erige el mausoleo de Diri Baba, una construcción rodeada de una aureola de misterio. Aquí fue enterrado un santo sufí en 1402 y su cuerpo permanece incorrupto. Esta circunstancia atrajo, a partir del siglo VII, a numerosos peregrinos que aseguran que pernoctar allí tiene efectos milagrosos sobre el comportamiento. Nuestra próxima parada es Lahij, una pintoresca población de la región de Ismayilli en las laderas del Gran Cáucaso. El paisaje cambia del ocre al verde y asoman, por fin, las cumbres nevadas de las montañas. El contraste es muy fuerte, un regalo para la vista. La dificultad de la ruta, sin embargo, nos obliga a cambiar de vehículo. Así conozco a Ayuverdi. Un pueblo atrapado en el tiempo |
GUÍA PRÁCTICA |
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COMENTARIOS |
Yo no estoy convencido con lo aquí expuesto, pienso sinceramente que hay muchos elementos que no han podido ser tomados en cuenta. Pero valoro mucho vuestra opinión, es una buena web. Dejado por: turismo rural rioja Hola Arturo, Desde México puedes conseguir la VISA en la página web http://www.azembassy.mx Se debe realizar el trámite de visa en la Embajada de Azerbaiyán en México(Attn: Consular Section), Avenida Virreyes 1015, Colonia Lomas de Chapultepec, Delegación Miguel Hidalgo, México D.F., 11000. Tienes diversas opciones pero es recomendable que hagas escala en Moscú para llegar a Baku. Dejado por: Josep guijarro Cuanto te costó el viaje es problemático en cuanto a pasaportes y visas, cual es el procedimiento para adquirir una visa o simplemente con el pasaporte mexicano, Cual es la ruta partiendo de México DF., hacia Baku y posteriormente hacia Saatli. Gracias te agradezco de antemano por tu información. Dejado por: Arturo El articulo me parece buenisimo, lo describes perfectamente yo tengo el mismo recuerdo cuando lo visite hace unos meses. Dejado por: Fernando Josep: Una publicación genial. A decir verdad no había visitado la web, es un trabajo excelente !! Muy detallado en todos los aspectos. Aunque con mucho retraso, enhorabuena por tan magnífica labor ! Dejado por: Olga gómez |
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