Boltaña (España)
Silencio, sosiego, tranquilidad. Estas palabras explican lo que vamos a encontrar en el entorno privilegiado de Boltaña, un hermoso valle de Huesca donde se erige un antiguo monasterio reformado en un confortable hotel.
Sobre un valle protegido, con un microclima soleado y cerca de un bello río, se construyó el monasterio de Boltaña a mediados del siglo XVII por la Orden de los Carmelitas Descalzos. Estamos en Boltaña, a las orillas del transparente río Arar, al noroeste de la provincia de Huesca, en Pleno Sobrarbe. Un edificio localizado en un lugar idóneo para el recogimiento y disfrute de la belleza del entorno. Tras la desamortización de Mendizábal y pasar por varias manos, en 1920 el lugar fue adquirido y rehabilitado para la asistencia de enfermos con problemas respiratorios siendo este monasterio era el lugar perfecto para recuperarse por el aire puro y el clima.
Tras su recuperación actual, se ha convertido en uno de los hoteles Barceló Premium mejor situado. Está al lado del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que es uno de los más bellos que integran la Red de Parques Nacionales del país. Así que la localización de este lugar no puede ser más idílica; naturaleza y relax son traducidas a un lenguaje que se recoge en las instalaciones del hotel Monasterio de Boltaña.
El exterior del edificio es robusto, tanto como esas fuertes construcciones de montaña que son recogidas en el invierno y frescas en el verano. Su interior, maderas, piedras y altos techos que nos recuerdan el monasterio. Los pasillos son largos, repletos de antigüedades asiáticas que nos hacen sentir una calidez que en las largas jornadas de invierno y ski, es de agradecer.
Su antiguo claustro, corazón del monasterio, se ha convertido en parte fundamental de la actual estructura en la que la decoración se ve realzada cuando el sol entra por la pirámide de cristal que se encuentra en la cubierta. Allí podremos disfrutar de un buen rato de tranquilidad mientras leemos la prensa diaria o si lo que deseamos es algo más privado, nos podemos ir a la biblioteca en la que un café o una copa acompañarán la sensación de privilegio sentado en un clásico sofá de cuero.
Aunque después de un buen paseo por el Monte Perdido, el hambre se hace presente y disfrutar del restaurante Marboré, fiel reflejo de la comodidad y serenidad que se respira en todo el hotel, es cita obligada. Decenas de lámparas de huevo de avestruz cuelgan del techo, para aportar una nota atrevida a la decoración colonial de moderna factura. En la planta de abajo se encuentra el Salón Somontano del restaurante, donde se halla la bodega vista. La gastronomía se destaca por el buen hacer del prestigioso chef Alfonso Giménez, que ha sabido reflejar ingeniosamente el curso de las estaciones, con productos selectos de la tierra jugando entre tradición y modernidad. Lo mejor, los huevos trufados, especialidad de nuestro restaurante o las migas, realizadas de una forma magistral. Que nos enviará, directamente, a pasar una tarde entre el más absoluto bienestar y los mejores cuidados corporales, faciales y de belleza. En su exclusivo Spa descubriremos nuevas sensaciones, el que sus masajes nos relajaran hasta límites insospechados, su circuito de aguas nos revitalizarán la piel y seguirán preparándonos para disfrutar de todas las instalaciones que se nos ofrecen.
Dormir es otro de los placeres que el ser humano rescata en cuenta gotas, y en el Monasterio las diferentes formas de hacerlo han sido tratadas de la mejor manera. Ya sea en sus numerosas habitaciones o en sus exclusivas villas situadas junto al monasterio, que cuentan con todas las comodidades.
Las habitaciones han sido decoradas con la misma exquisitez que todo el complejo, dotándolas así de esos pequeños detalles que al huésped le hace sentirse cómodo y bien recibido.
Pasear por sus alrededores nos ofrecerá placeres insospchados y el descubrimientos de los que sorprenden, como el de la iglesia con la que cuenta el hotel. En un cálido ambiente, pleno de naturaleza que rodea por los cuatro costados a un lugar privilegiado, se nos regalan hermosas vistas sea donde sea que dejes posar tus ojos. Naturaleza y lujo, la combinación perfecta para disfrutar de un paraje único como es Boltaña y el Parque Nacional de Ordesa.
Dirección:
Barceló Hotel Monasterio de Boltaña
C/ Afueras, s/n
22340 Boltaña, Huesca.
monasterioboltana@barcelo.com
Telf.: 974 50 80 00
www.monasteriodeboltana.es
www.barcelo.es
Habitaciones
El hotel dispone de 154 habitaciones de las que 96 están en el monasterio y 58 en las villas. Las primeras están diferenciadas en tres tipos: Premium, de 35m2, las habitaciones de Luxe de 55m2 y las suites que tienen de 65 a 85m2. Todas ellas cuentan con minibar, amenities de baño, televisión de plasma etc… Las Villas están construidas para su total confort y descanso, con 42m2 y respeta la típica construcción de piedra que caracteriza el Pirineo, con salón, parking privado y terminaciones de lujo.
Restauración
El restaurante Marboré cuenta con la maravillosa dirección de Alfonso Giménez, que trabaja con un equipo con el que está en constante investigación. Gracias al mismo, el restaurante se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de la buena cocina. Una de las grandes aportaciones de esta investigación es la lucha para encontrar el punto de equilibrio entre la vanguardia de la cocina y la tradición de Aragón.
“Magnífico recuento de la que fue casa de mi bisabuela Angélica de 1902 a 1947, luego de la cual la alquiló, hasta su fallecimiento en 1973, a la familia Saenz. Mi abuela, a su vez, se la vendió a los Sáenz en 1974. Sólo dos detalles. Ella fue Mujer de Nicaragua y de las Americas, no en 1949, sino en 1958. Saludos
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