Cornus (Francia)

Château de Sorgues

Entre bosques verdes y carreteras serpenteantes, aparece un castillo medieval. El visitante no sólo podrá disfrutar del descanso y de la naturaleza sino, además, de la familiaridad y el ambiente que sus dueños imprimen a habitaciones, comidas y espacios comunes, haciendo compartir a sus clientes un sueño convertido en realidad.

El sabor de la empanada de queso roquefort y su posterior cordero, aun permanece imborrable entre mis recuerdos. Posiblemente existen restaurantes en los que la comida sea mucho más elaborada -según los cánones de la cocina actual-, pero aquella noche el menú descrito fue el colofón de una estancia maravillosa en un lugar de cuentos medievales: el Château de Sorgues.
Sorgues se encuentra a unos 8 kilómetros del pueblo de Cornus. Para llegar a ese remanso de paz y tranquilidad, hay que recorrer una serpenteante carretera que discurre entre espesos bosques. De repente, aparece la idílica visión de un oasis de piedra en un universo verde. Me refiero a un verdadero castillo medieval del siglo XI, erigido por orden del Señor de Montpaon y convertido en un maravilloso hotel de montaña.

Habitaciones temáticas
El silencio que allí se “respira”, es el antecedente de lo que en su interior podremos disfrutar. Con una gran sonrisa, Yvonne y Patrick Giansily me esperan en la pequeña recepción de piedra y madera barnizada para conducirme a la planta superior, donde se encuentran las habitaciones. Es un lugar lleno de rincones por descubrir, y en el cual, cada una de sus cinco estancias, tiene su propia historia. Desde la bella habitación Templiers, en recuerdo a los monjes guerreros que antaño poblaron estas tierras hasta la que se encuentra enfrente, en la que son protagonistas los Hospitaliers. La más curiosa, para mi gusto, es la bautizada como Micrópolis, dedicada a la ciudad de los insectos que se encuentra en Millau, un parque único en Europa. En el castillo se presenta de una forma muy divertida con una habitación llena de detalles insectívoros.
Los salones interiores de la fortaleza tienen ese estilo medieval. Una gran chimenea preside la decoración de paredes, originales, de piedra y una mesa de billar completa esta sala de televisión y esparcimiento. Pero lo más interesante son los alrededores del castillo. Descansar entre la naturaleza es la gran ventaja que ofrece este lugar privilegiado. Mientras se desayuna, se come o se toma un café, de fondo se escucha como el rio de aguas claras pasa relajado cerca de nosotros.
Comida espectacular, espacio natural increíble, un castillo del Medioevo, una sensación impagable y sobre todo el cariño, el buen hacer y la dedicación que sus dueños, Yvonne y Patrick, ofrecen a cada momento a sus clientes haciéndoles sentir parte implicada de un sueño que se convirtió en realidad en medio de un paraje natural incomparable.