Una enorme pérdida

Los peores pronósticos se han cumplido: Tolo Calafat ha fallecido en las laderas del Annapurna.

Tolo, entre Carlos Pauner y Jesús Calleja,
en el primer campo base del Everest, en 2005

Si ayer mandaba ánimos y apoyo a la familia y a los amigos de Tolo, agarrándome a la posibilidad de que resistiera, de que sucediera un milagro, hoy no me queda otra que dar mi más sentido pésame. Bien temprano, en la mañana, hemos sabido que todos los intentos de rescate tanto por aire, con el helicóptero, como por tierra (uno de los sherpas de Tolo, Sonam, había subido a por él y anduvo 11 horas buscándole) han sido en vano. Era una persona fantástica. Un compañero fantástico.
Hemos vivido muchas experiencias en el Himalaya, experiencias que pesan mucho ahora, hemos compartido ni más ni menos que tres expediciones a montañas de ocho mil metros, al Cho Oyu, al Everest y al Lhotse. Comenzamos juntos en esto de las grandes montañas; siempre organizando los viajes, compartiendo campo base… aunque luego en la montaña cada uno llevara su grupo y su estrategia, los viajes y los proyectos a los ochomiles siempre nacían juntos, con los Tolos, (Tolo Calafat y Tolo Quetglas), Oli..(Juan Antonio Olivieri) parecíamos de su grupo, del de “los Mallorquines. Son vivencias muy intensas que no hacen sino reforzar los vínculos entre compañeros de expedición, por eso se me hace muy duro aceptar una cosa así. Es una pérdida enorme. Poco me queda por decir, más que brindar todo mi apoyo y dar mi más sincero y sentido pésame a la familia de Tolo.”

Jesús Calleja

El pasado día 27 de abril, Tolo Calafat alcanzaba la cima de su sexto ochomil, el Annapurna. Una vez iniciado el descenso Tolo comenzaba a sufrir un edema cerebral, haciéndole imposible llegar a las tiendas del Campo IV, donde le aguardaban Carlos Pauner, Juanito Oiarzábal y Horia Colibasanu, recién llegados también de la cima del coloso nepalí.
Tras pasar la noche al raso tuvo lugar un primer intento de rescate en helicóptero, frustrado por las pésimas condiciones de la montaña. Mientras, Pauner, Oiarzábal y Colibasanu permanecían en el Campo IV, en espera de poder ayudar al expedicionario. Tal y como se informa desde barrabes.com, en un segundo vuelo muy exhaustivo, realizado esta misma mañana (en la madrugada española), y durante mucho rato, no han podido localizar en ninguna parte al montañero, seguramente porque su cuerpo se hallaba cubierto por la nieve. Tras el infructuoso rastreo, el helicóptero ha bajado a los tres himalayistas -atados con cuerdas al aparato- hasta el Campo Base. Los tres sufren algún tipo de lesión causada por la altura extrema; aunque en estos momentos, las lesiones físicas sean, quizá, lo que menos les importa…

Publicada el jueves, 29 de abril de 2010

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