La maldición de Tutankamón, noventa años después

El biznieto de Lord Carnavon visita la tumba del faraón Tutankamón en el marco de una jornada para promocionar el turismo en Egipto con motivo de 90 aniversario del descubrimiento el 4 de noviembre de 1922.

Reviven la maldición
El pasado jueves 22 de noviembre, el joven faraón Tutankamón y el arqueólogo Howard Carter volvieron a unir su gloria en la ciudad de Luxor, 90 años después del descubrimiento arqueológico que desveló parte de los secretos del Antiguo Egipto.
Es necesario bajar un empinado corredor hasta llegar a la cámara funeraria, donde en la actualidad un grupo de expertos se afana en la conservación de la tumba, dañada por el trajín de visitantes. Los tesoros que deslumbraron a Carter ya no se encuentran en este lugar, sino en el Museo Egipcio de El Cairo, pero en su interior se respira todavía la emoción de estar viviendo un momento único.
90 años después, el biznieto de Lord Carnarvon, un aristócrata británico cuya pasión por el Antiguo Egipto le llevó a ser el mecenas de Carter y  un grupo de diplomáticos, egiptólogos y periodistas siguió los pasos de Carter. Georges Carnarvon no pudo ocultar su emoción por estar en Luxor y destacó a la entrada de la tumba de Tutankamón que su bisabuelo nunca abandonó su sueño, incluso en situaciones difíciles, y persistió junto a Carter hasta el final. "Carter y mi bisabuelo -a los periodistas- eran dos hombres muy excéntricos y con caracteres totalmente distintos, pero trabajaban muy bien juntos y dejaron un hermoso legado al pueblo egipcio".

LA MALDICIÓN DE TUTANKAMÓN
Carnarvon reconoció que su abuelo era supersticioso y que les contó poco a sus descendientes de su famoso padre, que murió de forma repentina en El Cairo. Ajenos a la supuesta maldición, Egipto optó en esta jornada por explotar este acontecimiento mundial para tratar de reanimar su turismo, decaído tras la revolución que desbancó del poder a Hosni Mubarak en febrero del 2011.
Además de la tumba de Tutankamón, el recorrido incluyó la casa de Carter, una construcción modesta de una planta en cuyas habitaciones están expuestas fotos del descubrimiento, junto al mobiliario y los utensilios de la época. Con motivo de las celebraciones del 90 aniversario, se reabrió, tras un año de restauración, la tumba del faraón Merenptah, de la dinastía XIX.

FAMA PÓSTUMA
Según explicó a la entrada el ministro de Estado egipcio de Antigüedades, Mohamed Ibrahim, la tumba de Merenptah, que contaba con cuatro sarcófagos, es "una de la más importantes por la riqueza de sus pinturas". Carter también realizó excavaciones en esta tumba entre 1903 y 1904, casi dos décadas antes de protagonizar su mayor hallazgo, que disparó no solo su fama si no la de Tutankamón. Porque si algo es evidente es que el "faraón niño", de la dinastía XVIII, no marcó un punto y aparte en la civilización faraónica, y su gran fama fue póstuma.
Tutankamón reinó durante un corto periodo de la primera mitad del siglo 1.300 a.C y lo más relevante de su mandato fue la devolución de la influencia y el poder a los sacerdotes de Amón, tras la experiencia monoteísta de Akenatón. Sin embargo, como recordó la egiptóloga Bedman, "puede que Tutankamón tuviese un reinado muy corto, pero gracias a Carter es eterno".

Publicada el miércoles, 28 de noviembre de 2012

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