Las pinturas de Altamira en peligro por una nueva conexión con el exterior
Un reciente estudio advierte del riesgo para el conjunto pictórico
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El bisonte de Altamira / EFE |
Un estudio publicado en la revista «Environmental Science and Pollution Research» asegura que en la cueva de Altamira existe una segunda conexión con el exterior que favorece la entrada y transporte de microorganismos y que supondría una amenaza para el conjunto pictórico, si bien la coordinadora del Programa de Investigación para la conservación preventiva y régimen de acceso de la cueva, Marián Del Egido, sostiene que el conjunto se encuentra en su «estado de equilibrio habitual» y no ha registrado «cambios significativos en los últimos años».
Según ha declarado a Efe la experta, el estudio es uno de los muchos informes que están realizando los equipos de investigadores que colaboran con el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para «mejor conservar la cueva».
Son unos datos que ya se conocían, obtenidos en julio del año pasado, afirmó Del Egido, tras participar en Santander en una reunión de seguimiento de la situación de Altamira. «Todos los datos obtenidos en el pasado y relevantes para el proyecto de conservación preventiva se están teniendo en cuenta y se considerarán en las conclusiones» que estarán lista en 2014.
Entrada de microorganismos
El estudio publicado en la revista «Environmental Science and Pollution Research» y en el que han colaborado el Museo Nacional de Ciencia Naturales -perteneciente al CSIC-, la Universidad de Alicante y el Instituto Superior Técnico de Lisboa, asegura que esa segunda conexión con el exterior favorece la entrada y transporte de microorganismos, a la vez que supone una amenaza para el conjunto pictórico.
Hasta ahora, el modelo de ventilación propuesto asumía que solo había una entrada de aire. Con este nuevo estudio, se sugiere la existencia de otro punto de entrada de microorganismos y nutrientes, lo que resulta indispensable para tomar nuevas medidas más eficaces para la conservación de las pinturas rupestres.
Para la científica del MNCC, Elena García-Antón, «el descubrimiento de este segundo, y hasta ahora desconocido, acceso a la cueva supone una amenaza para la conservación de las pinturas rupestres y requiere evaluar su impacto para tenerlo en cuenta en las directrices de conservación».
Pero, según explicó la conservadora Marián del Egido, la cueva de Altamira es un sistema kárstico constituido por muchas oquedades que es donde se aprovechó para realizar sus maravillosas pinturas y, por tanto, cuenta con diferentes sistemas de ventilación y muchas grietas.
En este momento, y a la luz de los datos disponibles, «al actual equipo de investigación no nos parece que sea una cuestión grave ni relevante desde el punto de vista de la seguridad de la cueva».
El programa de conservación
El programa para la conservación de Altamira cuenta con más de 40 colaboradores de alto nivel, que incluye a instituciones como el CSIC, la Universidad de Cantabria, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, la Universidad de Alcalá de Henares o el propio Museo de Altamira.
Desde septiembre de 2012, se trabaja en cinco líneas de estudio -biodeterioro; parametros ambientales; soporte y policromía; accesibilidad y valor social- que darán como resultado un plan de conservación que incluirá la valoración sobre la reapertura de la cueva al público.
Incluso la representante del Ministerio ante la Unesco forma parte del grupo investigador y no hay ninguna noticia de que vaya a cambiar el estatuto de Altamira, declarado patrimonio de la Humanidad por este organismo de la ONU desde 1985, ha señalado.
«Estamos trabajando sin prejuicios y teniendo muy en cuenta todos los estudios» que se han realizado, como los del CSIC, que lleva 20 años trabajando en la conservación de la cueva, agregó Del Egido.
Fuente EFE
Publicada el
lunes, 22 de julio de 2013
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