Regresan al Museo Egipcio los tesoros faraónicos víctimas de la revolución

Los faraones dañados por la revolución egipcia regresan a casa. Entre los tesoros salvados de la catástrofe, hay retazos fascinantes como los 40 arqueros nubios, una embarcación de recreo, un par de sandalias de la tumba de Mesehti

Foto: F. Carrión / EFE
Pese a tener miles de años de antigüedad, la historia reciente de algunas piezas arqueológicas egipcias ha sido de todo menos tranquila, ya que muchas fueron robadas en medio del caos reinante durante los días de la revolución de 2011.
En una pequeña sala del Museo Egipcio de El Cairo, se ha inaugurado recientemente una exposición que muestra parte de las antigüedades que fueron destruidas o robadas el denominado "Viernes de la ira", el 28 de enero de 2011, y que han sido recuperadas o restauradas.

Se trata de 54 piezas, del resto, casi tres años después de su extravío, no hay noticias. "Seguimos trabajando en las piezas robadas y confiamos en recuperarlas pronto", asegura Mohamed Ibrahim, ministro de Antigüedades egipcio.
Entre las figuras buscadas por la Unesco y la Interpol se encuentran un lapislázuli de la princesa Merit Amón, hija de Ajenatón, una estatua en bronce de Ibis o una colección de shabtis del periodo amarnico.
La exposición 'Dañadas y recuperadas' está instalada en la sala 44, en la planta baja de la mayor colección de arte faraónico del mundo, con 120.000 objetos exhibidos en sus estancias o guardados en su bodega.
"Para mí todas las piezas de la exposición tienen el mismo valor pero la más bella es la estatua de Ajenatón", reconoce Ibrahim. La talla del rey que impulsó el monoteísmo y pagó su herejía con milenios de olvido es la "obra maestra" del repertorio expoliado. Su rescate resultó extraordinario: el esposo de Nefertiti (1353-1336 a.C.) fue hallado por un adolescente de 16 años entre la basura de la plaza de Tahrir mientras participaba en las manifestaciones contra Mubarak.
Las vitrinas vecinas guardan dos estatuas de madera dorada de Tutankamón (1336-1327 a. C) descubiertas en su maravillosa tumba del Valle de los Reyes. En la primera, el faraón aparece sobre un leopardo en señal de su poder para superar las dificultades del más allá. La restauración se prolongó durante seis meses porque las piezas -desperdigadas por dos salas del museo- se encontraban seriamente dañadas.
En la segunda estatuilla, en cambio, la figura de Tutankamon se sitúa sobre un barco de papiro.
Despedazada tras el saqueo, parte de la estatua fue encontrada en una estación de Metro. La exposición también exhibe un abanico de la colección del 'faraón niño' con forma de tallo de papiro y parte superior de flor de loto. Cuando ingresó en el laboratorio, el objeto -hecho de ébano, oro y marfil- estaba troceado en 12 fragmentos.

Publicada el jueves, 3 de octubre de 2013

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