Una espada localizada en una cueva cántabra constituye uno de los iconos de la arqueología relacionados con posibles depósitos rituales de armas en la Edad del Bronce.
La cueva de Entrambasaguas es uno de los ejemplos arqueológicos más atípicos de Cantabria. Muchos de los materiales hallados en su interior son bastante comunes en otros yacimientos de la zona, a excepción de la llamada Espada de Ruchano, uno de los iconos de la arqueología cántabra relacionados con posibles depósitos rituales de armas en la Edad del Bronce.
La cavidad donde fue hallada en los años 70 posee una longitud total de unos 2.345 metros, si bien es cierto que su superficie"practicable" apenas alcanza los 600, distancia que separa sus dos bocas entre sí. Por la principal emerge el rio Riaño, conducido a través de angostas galerías subterráneas y aflorando en este punto. Es aquí donde la cavidad adquiere unas dimensiones de unos dos metros y medio de ancho por unos seis de longitud, sector por el que continuamos a través de una galería que en su punto más profundo se bifurca. Curiosamente, ambas galerías a derecha e izquierda proporcionaron materiales arqueológicos de diferentes características, circunstancia que coincide con la morfología de las dos salas: una seca y otra inundada. La primera de ellas es más amplia, de suelo ascendente y con bastantes bloques rocosos en su interior, localizándose en su interior varios fragmentos de dos grandes vasijas de cerámica a mano en superficie. En la sala inundada (en una represa natural) el espeleógo ingles Dave Linton descubrió en el año 1975 la ya mencionada Espada de Ruchano.
Existen varias interpretaciones a la hora de contextualizar el hallazgo de la espada. Podríamos pensar que nos encontramos ante una ofrenda realizada a las divinidades del agua, o incluso ante un depósito ritual. Este tipo de depósitos son bastante comunes en Europa desde la Edad del Bronce y durante toda la Edad del Hierro, donde proliferan en el tiempo. Por el contrario, existe otra variante que se contrapone directamente con las teorías anteriores, ya que se interpreta que estos enclaves no responden a un motivo ritual, sino a un depósito de un fundidor, de un comerciante..o que simplemente hablamos de ocultación de materiales o tesoro personales.
No obstante el yacimiento como tal era conocido desde principios de los años 70, cuando miembros de la Sociedad Espeleológica de Manchester (M.U.S.S.) llevaron a cabo una prospección superficial y encontraron parte de los materiales citados. Años después, miembros del C.A.E.A.P. recuperaron diversos materiales tanto en el vestíbulo (raspadores, hojas de dorso, nucleos, fauna, etc) como en la primera sala, completando una colección que reafirmaba la importancia de la cueva en varias etapas tanto prehistóricas como protohistóricas.
Es más que probable que la propia fuerza del agua haya minimizado el valor arqueológico del yacimiento, tal vez arrastrando materiales que nunca podrán ser recuperados. De lo que no queda duda es de la importancia de lo encontrado hasta nuestros días, una espada única en un contexto único. ¿Estamos ante algún tipo de ritual u ofrenda realizada a las divinidades protectoras de las corrientes de agua?
En la acutalidad, la cueva de Ruchano no es un yacimiento visitable, siendo bastante peligroso incluso acercarse.
Publicada el lunes, 1 de junio de 2015
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