Hallan en el desierto de Atacama el asentamiento humano más antiguo de Chile

Tiene una antigüedad de 12.800 años y se ubica en Quebrada Maní, en pleno desierto al interior de Iquique

Imagen del yacimiento / La Tercera
En la Quebrada Maní, hoy en pleno desierto al interior de Iquique, (Chile) un equipo de nueve científicos de universidades chilenas y de EE.UU. ha descubierto los restos del asentamiento humano más antiguo hallado hasta ahora en el norte chileno.
Tienen más de 12.000 años, un siglo más antiguo que el sitio Tuina -1 (Antofagasta), el registro de mayor datación en esa zona, lo que ubica al asentamiento dentro de los primeros del país y de América.
El descubrimiento incluye más de mil piezas con una antigüedad de entre 12.800 y 11.700 años. Entre ellas, puntas de proyectil, herramientas como cuchillos y raspadores de piedra, estólicas (especie de lanzadera de madera), conchas marinas y piedra volcánica. “Esto habla de que eran personas que dominaban el paisaje de una manera increíble, que podían desplazarse desde el mar a la cordillera o que tenían intercambio con otros grupos”, asegura Claudio Latorre, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad y de la U. Católica que ha publicado el estudio publicado en la revista Quaternary Science Reviews.

Cazadores recolectores
La investigación se inició en 2005 y ha sido realizada por un grupo multidisciplinario de expertos del Centro de Investigaciones del Hombre del Desierto (Cihde), las universidades de Tarapacá, Católica y de Concepción, además de la U. de California y de Miami en Ohio, en EE.UU.
Según explica Calogero Santoro, investigador de la U. de Tarapacá, del Cihde el equipo se concentró en la zona más dura del desierto de Atacama, donde hoy no hay agua, animales ni plantas. “Fueron lugares no explorados arqueológicamente durante mucho tiempo. Son espacios no sujetos a alteraciones naturales o antrópicas, donde las huellas que dejó la gente están bien conservadas”.
Pero era muy distinto en la antigüedad: Hace 12.800 años, el desierto de Atacama era igual de árido. Sin embargo, hacia la cordillera, las intensas lluvias permitían que los recursos hídricos bajaran por las quebradas y que en ellas crecieran árboles como pimientos, sauces, algarrobos y tamarugos.
Aunque no es posible saber exactamente cómo fueron las personas que habitaron el lugar, los restos encontrados permiten suponer que eran nómades, cazadores-recolectores que se agrupaban en pequeñas familias. “Los cazadores-recolectores subsistían dependiendo de lo que les entregaba la naturaleza (caza y trampeo de animales y recolección de frutos, madera y vegetales silvestres). No produjeron sus alimentos. En el sitio Quebrada Maní, encontramos que los instrumentos que usaron eran de piedra y de madera, posiblemente manufacturados para cazar y procesar animales”, explica la arqueóloga del Cihde Paula Ugalde, también autora del estudio.

Cambio climático
En el sitio también hallaron conchas que tenían un orificio -lo que hace suponer que las usaban para fabricar collares- y pigmento rojo. “Eso nos permite inferir que estas personas se preocupaban por su estética y quizás desarrollaron alguna actividad de tipo ritual. Aunque los pigmentos pudieron usarse para curtir el cuero, como sabemos mediante la etnografía”, explica Daniela Osorio, arqueóloga, investigadora del Cihde y coautora del estudio.
¿Por qué dejaron el lugar? El cambio en el clima, explica Latorre. “El humedal y los ríos que corrían por el sector se secaron producto de la falta de lluvias en la cordillera de los Andes y Sierra Moreno. Eso hizo que la napa freática (una capa de agua subterránea) bajara de manera abrupta y los oasis desaparecieran”.

Poblamiento occidental
El asentamiento de Quebrada Maní apoya la tesis de que el poblamiento de Sudamérica se produjo de norte a sur, por el lado occidental de la cordillera de los Andes. En la misma dirección se han encontrado sitios en el norte de Perú, Colombia y Ecuador, con edades similares y superiores. Pero Monte Verde, en la Región de Los Lagos, sigue siendo el asentamiento más antiguo de América, con 14.420 años.
Santoro dice que si la gente se movió por la vertiente occidental hacia el sur, el desierto de Atacama debería tener evidencia anterior a Monte Verde. “Está apareciendo una nueva oleada de descubrimientos que va a cambiar la historia en el futuro cercano. Si funciona nuestro modelo predictivo, deberíamos encontrar en el desierto evidencia más antigua que Monte Verde. Esa es nuestra hipótesis, dado que este es un ambiente que preserva muy bien los restos arqueológicos y paleoecológicos, excepto cuando hay intervención humana, como con los rallies”.

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Publicada el martes, 13 de agosto de 2013

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